Que La Ciudacita, ese retazo de la historia tan mágico como inaccesible, esté un poquito más cerca de la gente. Ese es el sueño que comenzó a dibujarse hace 11 años, cuando arrancaron las tratativas para que se declare Patrimonio de la Humanidad a todo el Camino del Inca. Con la declaratoria de la Unesco en la mano, ese sueño está un paso más cerca de volverse realidad.
Por primera vez en su historia, Tucumán tiene una parte de su geografía dentro de los 980 sitios reconocidos como patrimonio de todo el mundo. Se trata de un sello, un certificado que llena de expectativas y renueva el entusiasmo de las muchas personas que trabajaron para esto. No fue tarea fácil, pero finalmente se ha conseguido. Y ahora es el momento de comenzar otro trabajo, el de poner en valor estas ruinas prehispánicas para que cuenten en su propio idioma la historia que tienen para contar.
“Ha sido un trabajo complejo, con mucho debate. No es fácil conseguir que seis países se pongan de acuerdo y, dentro de cada país, las provincias implicadas. Realmente es una alegría enorme”, señaló ayer en diálogo con LA GACETA Daniel Vega, intendente del parque nacional Campo de los Alisos. Por esa área protegida del sur tucumano pasa una pequeña porción del trayecto conocido Camino del Inca, una antigua red vial que conecta la Argentina con Bolivia, Perú, Chile, Colombia y Ecuador. Dentro de ese camino están las ruinas de Pueblo Viejo, o La Ciudacita, un sitio arqueológico al que muy poca gente puede acceder: son cuatro días de caminata por senderos agrestes.
“Nosotros necesitamos bajar La Ciudacita hasta el alcance de la gente, porque a la mayoría de las personas no las podemos subir hasta ahí. Por eso anhelamos tener un centro de interpretación en el área de servicios del parque nacional, donde la gente pueda llegar en su auto y pueda vivenciar este lugar mágico. Tenemos que acercarla”, explica Vega, entusiasmado por la reciente declaratoria. “También nos gustaría construir puestos intermedios en el camino, para brindarle comodidad a los montañistas que suben y para facilitarnos a nosotros el mantenimiento”, dice este guardaparque con 19 años de antigüedad en el Campo de los Alisos. Él estuvo desde el principio en las negociaciones con la Unesco y, por lo tanto, vive la declaratoria como una victoria propia.
Proyectos y trabajo
“Que algo sea Patrimonio de la Humanidad es una especie de certificado, un sello que garantiza que determinado lugar vale la pena ser visitado. Además, nos abre la puerta para solicitar el apoyo de organismos nacionales e internacionales para revalorizar el lugar”, explicó Bernardo Racedo Aragón, presidente del Ente Tucumán Turismo. Entre algunos planes para capitalizar la declaratoria, el funcionario mencionó la posibilidad de sistematizar las visitas guiadas. Actualmente, quien quiere conocer La Ciudacita, debe contratar un guía autorizado, pero es un arreglo entre privados y está sujeto a la disponibilidad de estos guías que, como explica Vega, no son fáciles de contactar. “Se pueden planear, por ejemplo, salidas diarias, algo más formal y sistemático”, adelantó y no descartó la propuesta de Vega de construir un museo al que pueda acceder cualquier persona.
“El proceso ha sido largo y muy minucioso. Para obtener este certificado primero ha sido necesario encontrar y asegurarnos de que ha existido un Camino del Inca, que es auténtico. Después se piensa en cómo preservarlo y revalorizarlo. La última auditoría la hemos tenido hace 120 días y afortunadamente ya contamos con la declaratoria”, celebró Racedo Aragón.
Desde Turismo y Cultura de la Nación también se festejó el ingreso a los libros de la Unesco. Teresa Parodi, titular de esta última cartera, indicó: “la declaratoria del Camino del Inca como Patrimonio Mundial no sólo es una revalorización y fortalecimiento de la identidad y la diversidad cultural, sino que a la vez se convierte en una posibilidad para generar iniciativas de desarrollo local, que contribuyan a la conservación del bien, del medio ambiente y a la mejora de las comunidades”. Por su parte, el ministro de Turismo, Enrique Meyer, sostuvo que “la visibilización generará trabajo digno e inclusión social a la población rural asociada a estos sitios”.
La belleza escondida
Ciudad en el camino.- El sitio arqueológico La Ciudacita está ubicado a 4.400 m.s.n.m. en los Nevados del Aconquija, dentro del parque nacional Campo de los Alisos. Es uno de los sitios emblemáticos que atraviesa el Camino del Inca (Chapaq Ñan, en quechua), una red vial precolombina que comunica Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador. En Argentina el Camino del Inca abarca 118,527 km de extensión y recorre siete provincias andinas: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza.
Campo de los alisos.- Para llegar al parque nacional hay que ir de Concepción a Alpachiri por la ruta nacional 65 unos 17 km y desde allí por la ruta provincial 330 12 km hasta la entrada al parque.
Dura travesía.- A La Ciudacita se accede únicamente caminando o a caballo y se pueden tomar dos caminos: por Tucumán o por Catamarca. En el primer caso la travesía dura unos cuatro días y se atraviesa una completísima gama de paisajes, climas y biodiversidad: “desde el río Jaya, el comienzo de la caminata, hasta arriba, se atraviesan la selva pedemonta, la selva de montaña, el bosque de montaña, los pastizales de altura, la prepuna y finalmente la puna. Por el lado de Catamarca, en tanto, es más corto (dos días), pero también se atraviesa un ambiente muy similar en todo el trayecto: predomina la prepuna, el paisaje árido, repleto de cardones”, explicó el guardaparque Daniel Vega.