Fueron dos décadas de silencio, que terminarán hoy, cuando Ignacio Colombres entone “No llores por mí, Argentina”, el tema central de la ópera Evita, de los ingleses Andrew Lloyd Webber y Tim Rice. “Entiendo que es la primera versión cantada por un varón en Tucumán. Es una canción maravillosa en su mensaje social, que genera unión”, sostiene en diálogo con LA GACETA.
- ¿Por qué dejaste de cantar y por qué volvés?
- Pensé que era malo; no sabía que se podía aprender, tocaba la guitarra con mis amigos y se reían. Y volver fue por una cuestión más personal, gracias a que mi actual esposa Ana (Marcilla) me volvió a vincular al ambiente. Me dediqué muchas horas a estudiar y llegué a algo, aunque queda mucho por aprender. Quería vincularme con mis ocho hijos desde otro lugar, y dejar el mensaje de que con trabajo y esfuerzo todo se logra.
- ¿Qué géneros se podrán escuchar esta noche?
- Me rodeé de los mejores: la musicalidad la van a aportar Carlos y Javier Podazza y Alberto “pulpo” Ramos. Mi maestra es Viviana Taberna. Va a haber zamba, chacarera, tonada, cuenca, y serán en total entre 16 y 20 temas en tres etapas. También va a participar mi viejo (Ignacio Colombres padre) en dos canciones, y Ana con tangos. Mis hijos no se animan a subir al escenario.
- Tu vida no gira alrededor de la música.
- No, pero es una parte importante desde mi infancia, cuando lo escuchaba a mi papá, quien me enseñó a tocar. Después armé Los Puesteros, y luego dejé de cantar. Volví este año, en las fiestas del Queso y del Caballo. En mi vida, sigo tres caminos, que siento vinculados entre sí: trabajo como abogado en el Ministerio de Economía; juego al pato hace 20 años y estoy en la dirigencia de ese deporte, y tengo la pasión del canto popular, el que está dirigido a las masas y a la gente, porque en todo lo que hago quiero dejar mensajes interesantes.
ACTÚA HOY
• A las 22 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).