Llegó al Mundial como una de las promesas, luego de realizar una gran eliminatoria europea, con ocho victorias, dos empates, ninguna derrota, 18 goles a favor y apenas cuatro en contra. Y Bélgica cumplió. Dio el primer paso y ya está en los octavos de final, siendo uno de los cuatro equipos que terminó la primera ronda con puntaje ideal.
El equipo de Marc Wilmots fue práctico para ganar los tres encuentros por la mínima diferencia. No le sobró nada, pero siempre le alcanzó para terminar arriba del marcador. Como ocurrió ayer frente a Corea del Sur, al que venció por 1 a 0 pese a no contar con varias de sus figuras, que fueron reservadas por estar clasificados en forma anticipada. Además jugó todo el segundo tiempo con un hombre menos por la expulsión de Steven Defour. Pese a esto, Bélgica nunca renunció a atacar y, de tanto buscar, al final tuvo su premio.
Bélgica, que estuvo ausente en Alemania 2006 y en Sudáfrica 2010, hace fácil lo difícil. No le sobra nada, pero basa sus cimientos en un gran arquero como es Thibault Courtois (ataja en Atlético Madrid) y en una defensa sólida, que tiene como abanderado a Vincent Kompany (Manchester City).
Su próximo objetivo es Estados Unidos y el ganador de esta llave puede ser rival de Argentina, si los “albicelestes” dejan en el camino a Suiza. Bélgica ganó sin “despeinarse” su zona y aún pueda dar más.