Temprano comenzarán a concentrarse frente al sector 50 (denominado Tierras Públicas) del cementerio del Norte. Será un operativo similar al que desarrollaron el 30 de mayo, con una diferencia: esta vez no están seguros de que en alguna de las tres fosas que abrirán se encuentren los restos de Pamela Laime, la joven asesinada en octubre del 2000.
A las 8 comenzará una nueva medida judicial para tratar de encontrar el cuerpo de Pamela Laime, quien según los registros del cementerio debería haber estado enterrado en la tumba tres de la fila dos del sector 50. A fines de mayo abrieron la fosa y extrajeron cinco cadáveres. Incluso estaba listo el féretro en el que lo iban a depositar, para que sus familiares pudieran velarlo en Garmendia. Pero ninguno de los restos sería de la víctima, según la primera estimación que hizo el antropólogo forense que estuvo en el lugar.
Aunque faltan los resultados de la pericia de ADN que confirmen esa afirmación, la fiscala Adriana Giannoni ordenó que se abran otras tres fosas de la misma fila (identificadas con los números uno, dos y seis). De acuerdo a la declaración de una empleada del cementerio, esas tumbas habrían estado abiertas entre el 18 y el 26 de octubre de 2000. En la última de ellas estaría enterrado el cuerpo de una persona cuyas características no fueron anotadas en los registros.
Pamela Laime había desaparecido el 16 de octubre de 2000, cuando salió de su casa en Garmendia rumbo a la capital. Su madre Mercedes Saldaño nunca volvió a saber de ella hasta mediados de mayo, cuando un comisario retirado relacionó la historia que publicó LA GACETA con el hallazgo de un cuerpo de una mujer el 17 de octubre de 2000, en Ticucho, al norte de la ciudad. La habían asesinado de un hachazo y el cuerpo había sido enterrado como NN. El expediente por el homicidio había sido extraviado en la comisaría de Yerba Buena.