El fútbol es tierra fértil para las especulaciones. Muchos se preguntan si estaría hoy Argentina preparándose para jugar los cuartos si el cabezazo del suizo Blerim Dzemaili hubiera entrado. El destino de la Selección se hubiese resuelto con remates desde el punto del penal y nadie sabe lo que hubiese sucedido. Pero la jugada no terminó en gol, la celeste y blanca hizo valer la conquista de Ángel Di María y mañana buscará el pasaje a las semifinales mientras que los europeos tuvieron que regresar a casa.
Hasta el momento, Colombia fue el seleccionado que mejor impresión dio. Cuenta con una sólida estrcutura colectiva, respeto por la tenencia del balón y una vocación ofensiva poco común en estos tiempos. Ganó los cuatro partidos que jugó en los 90 minutos y llegó a cuartos de final sin sobresaltos. Además, cuenta con el goleador del torneo: James Rodríguez. ¿Si Radamel Falcao no se lesionaba de la rodilla, Colombia era candidato al título? Es probable, pero nadie puede asegurarlo. En el fútbol nunca uno más uno es dos. Tal vez hubiesen formado una sociedad temible para los rivales. O tal vez Rodríguez no hubiese brillado como lo está haciendo. Algo similar sucede con el buen equipo de Francia. ¿Cuanto hubiese cambiado con la presencia de su estrella Frank Ribery? Las especulaciones forman parte del fútbol, pero en estos casos nunca tendremos las respuestas