Marcos Rojo y 10 más, ¿quién lo hubiera dicho hace cuatro semanas? Ironías al margen, esa es una de las certezas con miras a la formación del equipo que enfrentará el miércoles a Holanda. La actuación del lateral es una de las pequeñas victorias que disfruta Alejandro Sabella en Brasil, así que recuperará la titularidad tras haber cumplido la sanción por las dos amarillas. La práctica realizada esta mañana en Cidade do Galo no ofreció pistas porque sólo hubo trotes y movimientos regenerativos. No se entiende entonces por qué se efectuó a puertas cerradas.
Nunca hay que confiarse ni dar por hecho que la alineación será inamovible. Más de una vez durante el Mundial el DT ensayó variantes durante el entrenamiento y después dejó todo como estaba. Antes del duelo con Bélgica se vio a Martín Demichelis haciendo fútbol con los titulares, pero también estaba Fernando Gago, y al final terminó jugando Lucas Biglia. Habrá que esperar entonces, aunque la puesta a punto programada para mañana en Itaquera puede brindar más indicios. El grupo viajará temprano a San Pablo en un vuelo chárter y por la tarde se reencontrará con el césped de la Arena Corinthians, allí donde eliminó a Suiza en octavos de final.
Lo incuestionable es que a Sabella le gustó mucho el equilibrio defensivo alcanzado contra los belgas. No sólo el funcionamiento del tándem Zabaleta-Demichelis, sino el aporte de Biglia en la marca y en el anticipo. Un desahogo para Javier Mascherano, el jugador emblema de esta Selección, que puso la pierna fuerte una y otra vez y llega al sexto partido sin amarillas encima. Eso habla del respeto que impone, fruto del prestigio, y que le vale mantener a raya a los árbitros.
Una de las claves de la semifinal pasará por la franza izquierda de la defensa argentina. Por ahí avanzará Arjen Robben como una topadora, respaldado por el incansable Dirk Kuyt. Rojo y Ezequiel Garay formarán la última línea de contención (atención, Garay está amonestado y corre riesgo de perderse el séptimo partido). La cuestión será que Robben no llegue a ellos como un tren, sino que en la media cancha se tope con una barrera sólida. Es una misión delicada y por eso no es segura la inclusión de Ezequiel Lavezzi. Descartado Angel Di María, suena muy posible un medio campo integrado por Enzo Pérez, Biglia, Javier Mascherano y Maxi Rodríguez o Ricky Álvarez, con la dupla Messi-Higuaín en la ofensiva. Todas son conjeturas, por supuesto.
El cuerpo técnico mantiene la postura de cuidar al máximo a sus hombres. Después de los partidos sólo se permiten trotes, elongaciones, fútbol –tenis y algún “loco” en la mitad de la cancha. No hay exigencias ni obligaciones, al punto de que esta mañana Messi se sentó en la tribuna mientras sus compañeros se divertían con la pelota. Entre ellos estaba Sergio Agüero, en condiciones de ingresar algunos minutos contra los holandeses de acuerdo con lo veloz de su recuperación. Di María, en tanto, reza para que la lesión muscular le dé una tregua y le permita jugar el fin de semana.
Las puertas de la concentración permanecen selladas y sólo se abrirán para darles paso a los familiares de los jugadores y a los invitados de la AFA. Mañana el grupo se dirigirá al aeropuerto de Confins, y de allí al hotel Grand Mercure. Todo hermético, como es costumbre, y en contraste con la libertad que disfrutan los holandeses para recorrer calles y playas en los ratos libres. Cuestión de estilos.