CORRIENTES.- Miles de personas pasaron por los centros fronterizos correntinos con el mismo destino: Río de Janeiro. El objetivo es copar el territorio brasileño y alentar mañana a la Selección contra Alemania.
A pocas horas de la final entre la Selección y Alemania, Río de Janeiro comenzó a recibir a los casi 100.000 hinchas argentinos que, según estimaciones oficiales, puedan llegar este fin de semana.
Por aire y tierra. Pagando precios exorbitantes o haciendo dedo. Con y sin entrada. Todo parece razonable para poder estar la misma ciudad en la que Lionel Messi y compañía pueden hacer historia
El titular de la Delegación Chaco y Corrientes de la Dirección Nacional de Migraciones, Carlos Odena, admitió que el número de personas que pasaron el puesto fronterizo triplica el promedio diario a esta altura del año (se calcula que por día cruzan unas 2.500 personas).
En autos y colectivos, alrededor de 4.500 eligieron llegar a Brasil cruzando el puente internacional Getulio Vargas, que une la ciudad correntina de Paso de los Libres con la brasileña de Uruguayana, mientras que otros 2.000 lo hicieron por el paso Santo Tomé-Sao Borja, informó Odena.
Debido al exceso de viajeros, la Dirección Nacional de Migraciones dispuso un refuerzo con personal adicional proveniente de distintos puntos del país para dar respuesta a la demanda. “El tiempo de espera en el Centro de Frontera es el habitual, de 30 o 40 minutos, pero este es un movimiento atípico”, sostuvo Odena. Sin embargo, señaló que el número es inferior al que se registró en la previa al partido entre Argentina y Nigeria, que se jugó en Porto Alegre, distante a tan sólo 600 kilómetros de la frontera correntina.
El clima mundialista es la nota saliente de los viajeros, quienes llevan banderas argentinas en sus vehículos, camisetas de la selección nacional y entonan cánticos como el clásico “Brasil decime qué se siente”.
Esas mismas imágenes se vieron en Aeroparque y Ezeiza, en donde cientos de hinchas partieron durante todo el día rumbo a Brasil. Pero como los vuelos de Buenos Aires a Río de Janeiro están agotados, muchos simpatizantes optaron por otras variantes para llegar a ver la ansiada final. Algunos, inclusive, sin un mapa de ruta completamente demarcado
“Nos vamos primero a San Pablo y ahí que Dios nos ayude”, dijo Jorge, de 33 años, de Capital Federal, antes de embarcar en el vuelo de Austral 2240, que partió a las 7.04. “Me escapé del trabajo, di parte de enfermo y nos subimos a este vuelo. La idea es encontrar otro vuelo en San Pablo o alquilar un auto para llegar Río de Janeiro”, agregó.
Aeroparque se pobló de hinchas a la espera de alguna reserva que se cayera . “Tenemos pasaje para volar a San Pablo pero esperamos salir antes a cualquier parte de Brasil, porque no damos más de la ansiedad”, dijo Pablo Sánchez, de 24 años, que nació el año en que la Selección jugaba su última final del Mundo. (Télam-Especial)