BARCELONA.- Luis Suárez abrió una nueva etapa en su carrera deportiva con un doble propósito: sumar muchos goles con Barcelona y desterrar el recuerdo de sus célebres mordiscos. El uruguayo fue presentado ayer ante los medios después de jugar el lunes unos minutos en el amistoso ante el León de México.
Suárez responde al tópico del futbolista que se expresa mejor sobre un campo que ante los micrófonos. En Inglaterra ya demostró que la prensa no es su mejor amiga y en su presentación en España también tuvo que someterse a un interrogatorio que incluyó una cuestión todavía efervescente: el asunto de sus mordiscos. Tras su famosa acción del Mundial con el italiano Giorgio Chiellini, Suárez fue sancionado y no podrá jugar hasta el 25 de octubre. Además, se expuso a un juicio público magnificado por las redes sociales, con gran daño para su imagen, algo que desde ya intenta recomponer. “El castigo hay que aceptarlo. Me equivoqué y lo he pasado muy mal. Fue un momento difícil”, aseguró. Suárez inicia ahora una etapa en la que no sólo será examinado por sus goles, sino por su comportamiento. “Cuando me sancionaron me deprimí. Pero estando en casa con mi señora y mis hijos pude reflexionar. Ya pedí perdón. Ahora ya sólo quiero pensar en el futuro”, reflexionó.
“Vengo a aportar mi trabajo, con humildad y sacrificio, para que Barcelona gane todos los títulos posibles. Estoy preparado para jugar en cualquier posición del ataque. En Liverpool lo hice tanto por la derecha como por la izquierda”, concluyó. (DPA)