Las elevadas temperaturas de los últimos días, la ausencia de lluvias de consideración y la práctica ilegal de quemar los cañaverales, han contribuido a un aumento considerable de la polución en Tucumán. Hoy, a las 10, la visibilidad en la zona del aeropuerto internacional Benjamín Matienzo, al este de la capital, era de cuatro kómetros. En condiciones ideales, esa marca debería ubicarse entre los 12 y 14 kilómetros, se indicó desde la estación local del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), con sede en Cevil Pozo.
Fernando Torres, titular de la Dirección de Defensa Civil de la provincia, informó que en relación a agosto del año pasado, el número de denuncias de quema de cañaverales se redujo. "Ayer (por este último miércoles) hubo seis incendios en cañaverales y tres en pastizales. Hay más controles, incluso desde la misma actividad privada, pero lamentablemante continúan. También es cierto que la sequía genera condiciones ideales para que ante la menor chispa comience un incendio", sostuvo el funcionario.
Juan Bertolini, titular de los bomberos voluntarios de Lules, uno de los equipos que más trabaja en esta período del año, señaló que en agosto ya tuvieron que sofocar alrededor de 10 quemas de cañaverales. "En algunos casos fueron accidentales pero en otros, no hay dudas que se iniciaron de manera intencional", señaló.
En 2013, se vivieron momentos dramáticos por esta causa. En septiembre, un incendio en un cañaveral en una finca de Los Ralos, agravado por un fuerte viento que puso en vilo a personas que viven en la cercanía, hubo que evacuar a 150 familias, que fueron atendidas en el hospital de esa población.
Por estas horas, Tucumán se encuentra bajo una nube de polvo formada por cenizas tóxicas, humo y hollín, y todo indica que podría reducirse la semana próxima. Si se cumple el pronóstico del SMN, entre el próximo domingo y lunes podrían producirse precipitaciones que limpiarían la atmósfera que se respira.