- Espero que usted sea presidente. Y cuando sea grande, ¡también quiero ser presidente!
- Mirá nene que hay laburos menos complicados.
Estanislao López Aráoz (11 años) y Mauricio Macri fueron los participantes del diálogo que generó risas en el público que rodeaba el improvisado escenario hecho con pallets de madera frente a la Casa Histórica. En esa tarima y micrófono en mano, el precandidato a presidente y líder del PRO protagonizó una especie de talk show en el que dialogó con los asistentes y presentó a cuatro candidatos a intendente con vistas a 2015. Globos, sombrillas y banderines amarillos, rojos y verdes vistieron el paseo de la Independencia.
“Mauricio, ¡subí las jubilaciones!”, le gritó Marta, una abuela que pasaba por el lugar. “Primero hay que bajar la inflación, si no se come los aumentos”, le respondió el jefe de Gobierno porteño. “Elvira cuénteme lo que me dijo recién bajo el escenario, ¿de dónde viene?”, invitó después el ex presidente de Boca. “Soy de Aguilares y me sumo al proyecto como docente. Tenemos que ser agentes de cambio. El año pasado fui designada docente 2013 en la Legislatura. Me duele que mis nietos no reciban lo mismo que yo en una escuela pública”, criticó la mujer.
Tras los intercambios, comenzó el acto político. “A cada lugar donde voy, la gente está diciendo basta. Vamos a cambiar y a construir una Argentina que nos permita desarrollarnos y sentirnos parte de un país que progrese. Y que no que parezca que nunca salimos del mismo lugar. Espero que cada vez que visite Tucumán, seamos más y más”, convocó. Luego, le dio la palabra a los precandidatos Facundo Garretón (Capital), Paul Bleckwedel (Yerba Buena), Miguel Diosque Dupuy (Banda del Río Salí) y Víctor Brodersen (Alberdi) y al legislador Alberto Colombres Garmendia.
De camisa celeste, pantalón azul y zapatos náuticos, caminó desde allí, pasando por la plaza Independencia, hasta un bar ubicado la esquina de 25 de Mayo y Mendoza, donde brindó entrevistas. Antes, había comido un omelette y un licuado de banana en otra cafetería.
Su paso veloz sólo se detuvo para posar para algunas selfies y fotos con transeúntes. La mayoría de los ciudadanos le gritaba para obtener un saludo o bien, para halagar a Boca. Hubo, sin embargo, algunos rechazos de detractores. “¡Fuera buitre!” o “¡hablá de la deuda!”, fueron algunas consignas en su contra.
Macri cumplió un acelerado cronograma de actividades en la provincia. Durante la noche del jueves, cenó en la casa de Bleckwedel con dirigentes.
Ayer, cerca de las 9, visitó en San Pablo el taller de Manuel Saez, un emprendedor que fabrica bicicletas eléctricas para exportación. Después, compartió mates con un matrimonio que lo habría contactado por Facebook. Ricardo y Vanesa, del barrio San Expedito, administran un merendero que atiende a 70 chicos de la zona.