La lucha contra el narcotráfico debe incluir el combate contra la corrupción y la toma de decisiones que apunten a modificar la política social y de seguridad del país. Así lo entiende el experto internacional en narcotráfico y uno de los artífices del denominado “Proyecto Medellín”, Federico Gutiérrez Zuluaga, que disertó en Tucumán invitado por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS).
Momento de inflexión
En su ponencia, Gutiérrez Zuluaga remarcó que Argentina transita un momento en el que debe tomar decisiones para garantizar la seguridad de su ciudadanía. “Lo primero que genera el narcotráfico es corrupción. Hay que evitar llegar al punto en el que se comienzan a perder vidas, tal como nos ocurrió a nosotros en Colombia. Argentina está en un momento de inflexión. O toma decisiones de fondo ya, o definitivamente esto va a avanzar”, destacó.
Un Estado fuerte
En este sentido, el colombiano remarcó la importancia de reestructurar algunas políticas sociales y de seguridad. “Para evitar el avance del narcotráfico se debe trabajar tanto en lo social como en el mejoramiento de las fuerzas armadas. Si no hay un estado fuerte que proteja al ciudadano, la inversión social se dificulta. Y muchas veces da miedo hablar de los militares y de las policías por el contexto de nuestros países. Pero, ¿hasta dónde vamos a dejar que esto (el narcotráfico) avance?”, dijo.
Para sustentar su planteo, el disertante sostuvo que la realidad actual no es la misma que se vivía hace 30 o 40 años y que los militares que estuvieron vinculados con las dictaduras que se sucedieron en Latinoamérica deben ser juzgados. “Seguramente esas personas cometieron muchos errores y deben pagar por lo que hicieron pero no se puede mantener humilladas a las fuerzas armadas. Los militares deben trabajar para su país y su gente. Los enemigos no pueden ser ni los militares ni la policía”, apuntó.
Amplia capacitación
A partir de ese enfoque puntualizó que las fuerzas armadas deben estar capacitadas no sólo en el uso de las armas; sino que deben ser instruidos en derechos humanos, en resolución de conflictos y en prevención. “Esto se tiene que combinar con políticas sociales, porque ese cuento de que todo se soluciona con mano dura o sólo con inversión social, es una falacia que no funciona. Esto no es de izquierda ni derecha. Hay que dar soluciones. Y son los gobiernos quienes tienen que dar soluciones a sus ciudadanos”, resaltó.
La puerta de acceso
En ese marco, reiteró el daño que provoca la corrupción dentro de los estados y consideró que esa es la puerta de acceso para las organizaciones ilegales que se dedican al tráfico y venta de estupefacientes. Sin embargo, sostuvo que no sólo la corrupción afecta a los estados. “Podes tener un gobierno muy fuerte moral y éticamente pero si no hay instituciones óptimas para combatir a los delincuentes el narcotráfico se te mete”, remarcó.
Por otra parte, señaló los problemas de las fronteras en Argentina. “Ustedes tienen un gran problema porque tienen un vecino (Bolivia) que es productor y esto significa rutas. Es parecido a lo que ocurre en Rosario con su frontera con Paraguay. Esta gente (por los narcos) tiene una imaginación inmensa para transportar la droga”, resaltó.
Impuesto a los pobres
En cuanto a la inseguridad, Gutiérrez Zuluaga dijo: “el impuesto más caro que pagan los pobres es la corrupción. Lo primero que hay que hacer para mejorar la seguridad ciudadana es tener un cambio político. Con un estado fuerte y eficiente los que deben tener miedo son los delincuentes, no los ciudadanos”.