Uno de los primeros cambios que perfeccionó Edmundo Jiménez al llegar al cargo de ministro público fiscal y pupilar fue pedir la designación discrecional de su sobrina, Eloísa Rodríguez Campos, como su relatora. La decisión quedó oficializada el 20 de agosto mediante la acordada que suscribieron Antonio Gandur, Antonio Estofán y Daniel Posse, vocales de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán (el instrumento consigna que los vocales René Goane y Claudia Sbdar no firmaron por estar respectivamente de licencia y en comisión).
Para producir la vacante, Jiménez, que asumió el 16 de agosto, solicitó a la Corte que dé por concluido el interinato de Rafael Alfredo De Santis, funcionario del entorno de Goane que había sido beneficiado con un ascenso controvertido en marzo, a instancias del ex ministro Luis De Mitri. Fuentes judiciales informaron que De Santis regresó al Cuerpo de Auditores.
Rodríguez Campos se desempeñaba como relatora (con la categoría de secretaria) de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción, estrado que integraba su madre, Elva Graciela Jiménez (ex camarista y hermana del ministro), hasta que se jubiló en enero de 2013. Gracias a esta promoción, la abogada pasará a percibir un sueldo equiparable al de un magistrado de cámara. La designación no pasó inadvertida en los Tribunales penales, puesto que su tío había dicho a este diario que no fomentaría el nepotismo. “Para nada voy a pensar en designar a mi familia en la Justicia”, expresó Jiménez el 15 de agosto, un día antes de asumir.