WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió a los estadounidenses que no se dejen llevar por la “histeria” por la propagación del virus del ébola, luego de que se diagnosticaran tres casos en el país y se pusieran bajo observación a decenas de personas por la probabilidad de que hayan sido infectadas. Obama también dejó en claro que por ahora no está planeando ceder a las demandas de algunos legisladores para que prohiba los viajes desde los países afectados.
“Simplemente no nos podemos desvincular de África Occidental”, advirtió en su intervención radial semanal del sábado. “Tratar de cerrar toda una región del mundo, si es que eso fuera posible, podría en estos momentos empeorar la situación”, sostuvo.
El peor brote de ébola del que se tenga registro en la historia reciente ha matado a más de 4.500 personas, la mayoría en países Liberia, Sierra Leona y Guinea en el África Occidental.
El Presidente, cuya aprobación en la opinión de los estadounidenses ya es baja, ha sido criticado por la manera en que su Gobierno han manejado la situación provocada por los casos de contagio de ébola. El mandatario ha sostenido varias reuniones en días recientes y el viernes nombró al abogado Ron Klain para que supervise los esfuerzos por contener la enfermedad. Opositores republicanos criticaron que no haya elegido a un experto médico.
El Gobierno de Obama no ha sido el único blanco de las críticas. La Organización de Mundial de la Salud (OMS) ha sido acusada de no haber respondido a tiempo para contener la propagación de la epidemia desde que el brote fue detectado en marzo.
La agencia de las Naciones Unidas prometió que publicaría una revisión detallada sobre la manera en que abordó la crisis una vez que la epidemia esté bajo control, en respuesta a un documento filtrado en el que parecía reconocer que su manejo del brote no fue el apropiado.
El Gobierno de Canadá informó que enviaría 800 dosis de su vacuna experimental contra el ébola a la sede de la OMS en Ginebra a partir de mañana.
Tras consultar con las autoridades de salud en los países más afectados por el mortal virus, la OMS decidirá cómo serán distribuidas y utilizadas las vacunas.
Obama intentó poner en perspectiva la aparición de la enfermedad en Estados Unidos.
“Lo que estamos viendo ahora no es un ‘brote’ o una ‘epidemia’ de ébola en Estados Unidos. Esta es una enfermedad grave, pero no podemos caer en la histeria o el miedo”, declaró.
Una serie de alertas por el ébola han surgido en el país en las últimas semanas. En uno de los últimos incidentes, una mujer vomitó en un estacionamiento del Pentágono el viernes, lo que llevó a las autoridades a enviar un equipo especializado y a cerrar partes del complejo militar antes de concluir que no se había contagiado con el virus.
La confianza de los estadounidenses en el sistema de salud y en la capacidad de las autoridades para evitar que la enfermedad se propague en el país se vio afectada por una serie de errores, después de que un ciudadano liberiano en Texas no fuera diagnosticado a tiempo en un hospital de Dallas.
El hombre, Thomas Eric Duncan, fue ingresado en el Hospital Presbiteriano de Texas varios días después de diagnosticado con la enfermedad. Dos enfermeras que fueron parte del equipo que trató a Duncan, quien murió el 8 de octubre, contrajeron ébola. Amber Vinson está siendo tratada en el Hospital Universitario de Emory, Atlanta, y Nina Pham se encuentra internada en el Instituto Nacional de Salud, en las afueras de Washington. (Reuters)