Enero del 94. Festival del Zapallo, Catamarca. Llovía. Sobre el escenario estaba un joven que, entonces, empezaba a dar sus primeros pasos en el mundo musical. “Ahora salen ustedes. El público está aburrido; necesito que hagan explotar de alegría a la gente”, les dice un organizador a los hermanos Mariani. Los tres se miran con confianza. Toman sus instrumentos y salen a las tablas. En la primera canción, los más de 4.000 espectadores ya desbordan de emoción.
La presentación les valió el premio del “Zapallo de oro”. Y unos años después Los Mariani vieron cómo ese joven que los había precedido aquel día se convertía en un gran artista: Raly Barrionuevo. Esta es una de las tantas historias guardadas en el gran anecdotario que conservan tres hermanos concepcionenses que siempre llevaron la música en su ADN. Su apellido, Mariani, ya es una marca registrada en Concepción. Ellos cantan donde les pidan: desde un bar con pocos clientes hasta una fiesta multitudinaria, un estadio con 10.000 personas, una plaza o un velorio (figura entre sus contrataciones).
Primero fue el folclore y después incluyeron todo tipo de estilos musicales en su repertorio (boleros, balada, tango, chamamé, etcétera). “Cantamos lo que la gente nos pide; nos adaptamos a todo”, dicen los hermanos. Ellos son Julio César, de 51 años (segunda voz y teclado), Luis Fabio, de 49 (tercera voz y percusión) y Alejandro Marcelo, de 41 (primera voz y guitarra). También integran la banda Manolo Rojas (locutor), Jorge Barrera (bajista) y Ramón Figueroa (asistente).
Los Mariani se metieron en el corazón de su gente con las letras de “Canción a mi ciudad”. Fue Julio el que se inspiró en las calles pobladas de flores para describir así a Concepción: “te ves hermosa en primavera, cuando florece mi Tucumán/ poco a poco te vas ensanchando con gran esfuerzo y tenacidad/ Hoy tu pueblo presiente tu grandeza, eres la perla de Tucumán”.
La canción es del 78 y fue declarada de interés municipal. Cada vez que la cantan laten muy fuertes sus corazones. Los Mariani tuvieron la posibilidad de crecer en otra ciudad. Pero no quisieron marcharse. Ellos desafiaron las leyes artísticas y decidieron hacer su propio camino. Un día también determinaron abandonar los festivales y actuar sólo en fiestas particulares en todo el sur de la provincia. Así son felices, dicen los integrantes de esta banda que suena hace más de 20 años.
- ¿Cuándo fue que decidieron armar una banda?
- Marcelo: nuestra mamá, Amelia del Carmen Abregú, era profesora de piano y eso fue determinante porque ella nos formó.
- Julio: a decir verdad esta banda se gestó en nuestra adolescencia, cuando Luis y yo íbamos a la secundaria. Un profesor nos preparó vocalmente y ganamos cuatro años seguidos el festival de la canción navideña. Después formé parte del grupo “Trío Concepción” durante 10 años hasta que decidí abrirme de ese proyecto. Al tiempo, cuando ya estábamos todos grandes, en un asado familiar, nos miramos con mis hermanos y dijimos: “¿por qué no hacemos una banda?”. Y así fue. Primero hacíamos sólo folclore y luego añadimos otros ritmos, de acuerdo a lo que la gente nos pedía. Nos encanta la balada, somos especialistas en la década del 60.
- ¿Qué sienten cuando la gente dice que los Mariani hicieron bailar a todo el sur de la provincia?
- Marcelo: mucho orgullo. Tenemos un cariño muy fuerte con el público.
- ¿Es por ese motivo que desde hace un buen tiempo no actúan más en festivales?
- Luis: a los festivales dejamos de ir porque nos sentimos incómodos. Por ahí te dicen que entrás a la 1 y son las 8 de la mañana y recién actuás. En esas situaciones se generan episodios de violencia y otras cosas. Nos cansamos.
- ¿Piensan que esto podría haber significado un estancamiento para el grupo?
- Marcelo: no tomamos esta actividad profesionalmente. Para nosotros es un hobby. El crecimiento pasa por otro lado: la gente nos reconoce como músicos y como personas. Tenemos un millón de amigos y el cariño que nos dan es lo más importante. Ver que la gente se divierte es el mejor premio.
- ¿Cuál es la desventaja de ser una banda de música del interior?
- Luis: vamos mucho al campo y a otras ciudades del sur. Los viajes son un peligro. Te desvelás y tenés que ir por la ruta para volver a casa, cansado.
- ¿Es posible vivir de la música en el interior?
- Marcelo: es difícil. Nosotros no vivimos de esto. Julio es profesor de música, yo trabajo en el Siprosa y Luis es empleado de comercio. Tampoco buscamos vivir de eso. Nunca tuvimos representante ni estuvimos buscando dónde actuar ni quisimos dedicarnos de lleno a la música porque eso podía significar dejar nuestras familias y no queríamos hacerlo. Reconocemos que eso tal vez fue una decisión que nos limitó un poco como banda.
-¿Pensaron alguna vez en dejar Concepción para ir a probar suerte en otros escenarios?
- Julio: tuvimos la oportunidad de irnos y no quisimos. Hace unos años un empresario de La Rioja nos invitó a grabar nuestros temas allá, pero nos advirtió que tal vez no volvíamos más. No quisimos irnos. No podríamos apartarnos de nuestras raíces.
-Se dice que Los Mariani son sinónimo del folclore y la música de los 60; ¿eso significa que el público que los requiere es más bien grandecito?
- Julio: para nada, los jóvenes nos siguen mucho y les gusta nuestra música. Acá en el interior es común que en un casamiento o en una fiesta de 15 se cante y se baile folclore, y ojalá eso nunca desaparezca.
- En los ensayos, ¿hay muchas discusiones de hermanos?
-Marcelo: es difícil la convivencia. Tenemos nuestras peleítas musicales, nuestras diferencias. Pero en general reina el buen humor.
- Julio: nos llevamos muy bien, siempre nos reímos después de cada recital, cuando nos acordamos de todas las cosas que nos pasaron. ¡Tenemos tantas anécdotas! Por ejemplo, una vez llegamos a una fiesta en la que teníamos que cantar, armamos todo y arrancamos. Al ratito nos damos cuenta que estábamos en la fiesta equivocada. Un organizador nos dijo: “la de ustedes es a 4 km de acá”.
- ¿Tienen alguna banda como referente?
- Julio: nuestro espejo son Los Iracundos. Llegué a viajar hasta Paysandú para conocerlos personalmente.
- ¿Se sienten profetas en su tierra?
- Luis: la verdad que actuamos más afuera de Concepción que en esta ciudad.
- Julio: es cierto que no nos convocan a los festivales de acá. Pero nuestra satisfacción va por otro lado: que la gente se divierta y la pase bien en las fiestas en las que tocamos.
- ¿Los convocaron al show “Concepción canta a la gente”, que se desarrollará este mes?
- Marcelo: no, no estamos invitados. A esta altura, actuar en un recital no nos va a hacer más o menos importantes de lo que somos.
- ¿Se pusieron alguna fecha de retiro?
- Marcelo: cuando veamos que la gente ya no se divierte con nuestra música diremos “hasta acá llegamos”.
- Luis: me gustaría que la banda no se separe nunca. Antes de morir mamá nos dijo: “nunca dejen de cantar”.
QUIÉN ES QUIÉN
El alma.- “Julio es el papá del grupo; el que se encarga de todo, el protector. Además, es el alma musical. En la primera etapa fue muy importante para nosotros porque nos guiaba en todo” (Marcelo).
La intuición.- “Luis es muy dócil. Tiene una gran intuición musical. El aprendió a tocar el bombo en una silla. Era muy travieso. Ahora es un genio con la timbaleta y le pone el alma a cada canción”. (Julio)
La fuerza.- “Marcelo es la fuerza de este grupo. Es el más serio de los tres, el más tranquilo, el que le pone la garra a cada presentación y el que tiene más aguante. (Luis)