Algo extraño sucedió ayer. Tan extraño que nos preguntamos varias veces si de verdad sucedió para corroborarlo: un partido en el que River estuvo involucrado, nos aburrió.
Y no fue ese aburrimiento que viene luego de una goleada, cuando el partido está liquidado. El 1-1 ante Vélez no entretuvo y eso ya es todo un acontecimiento para el equipo de Marcelo Gallardo.
Vélez enfrentó el desafío de vencer al equipo invencible haciendo los deberes: se puso en ventaja rápidamente y con la movilidad de un equipo fresco, llegaba al arco de Marcelo Barovero.
Sin embargo, se encontró con el River de siempre: el que se sobrepone a cualquier desventaja, el que hace goles (lleva más de 20 partidos anotando al menos uno) y al que lleva un invicto de 31 partidos, igualando la mejor racha de su historia. El equipo de la temporada 1922/23 ya no está solo: el conjunto de Gallardo lo acompaña en el récord, según detalló el estadista Silvio Maverino.
Pero seamos buenos con el líder: tal como declaró el entrenador luego del partido, el partido ante Estudiantes dejó sus secuelas en el físico de sus jugadores.
Además, sigue llevándole dos puntos a Lanús, su inmediato perseguidor y si ayer nos sacó un bostezo por primera vez en mucho tiempo, tiene el crédito como para pensar que nos volverá a sacar aplausos en el próximo.