De las crisis se dice que son el caldo de cultivo para que afloren las ideas nuevas, los líderes y las demostraciones de carácter. Cuando las papas queman, solo aquéllos con personalidad suficiente serán capaces de sacarlas del fuego. Y así lo ha hecho Tucumán en tres de los cuatro partidos que ha disputado hasta ahora en el Campeonato Argentino 2014. Salvo en el cómodo debut frente a Alto Valle (cuando sin embargo pudo haber empezado perdiendo por un penal de Diego Codón que finalmente se fue ancho), en los tres encuentros siguientes la “naranja” se fue al descanso abajo en el tanteador, aunque en todos los casos logró revertirlo en el segundo tiempo.
“Parece que a los chicos les gusta correr desde atrás. Como que los motiva”, reconoce entre risas José Macome, entrenador de los forwards, que el domingo tuvieron mucho trabajo frente a un Salta más duro de lo esperado. “Mientras podamos dar vuelta el marcador a tiempo, no hay problema. Igual, la intención siempre es tomar la iniciativa desde el primer minuto, y esperamos poder hacerlo contra Buenos Aires”, aclara “Homero”.
Augusto López Salas adopta una postura ecléctica. “Por un lado es una virtud y por otro lado algo que debemos corregir. Necesitamos empezar con la paciencia con la que terminamos. Nos desesperamos mucho al principio y queremos hacer todo en la primera jugada. Hay que tener un poco más de paciencia, que solas se van dando las cosas”, analiza “El Chino”, autorizado a hablar de paciencia ya que tuvo que esperar hasta casi el final del torneo para poder jugar.
Lo que está claro es que a Tucumán se le dan bien los segundos tiempos. O al menos, mejor que los primeros. Incluso en la goleada sobre Alto Valle, el equipo se volvió una máquina en los últimos 40 minutos. Frente a Córdoba, Rosario y Salta, lo mejor del repertorio también llegó en el segundo acto. ¿Tendrá algo que ver el deterioro progresivo que provocan los forwards “naranjas” en el físico del rival? ¿O es que los tucumanos son hijos del rigor? Ezequiel Cortés se inclina por la opción B.
“Es como que esperamos a que nos provoquen para dar todo y salir a buscar el partido. Al final siempre reaccionamos, pero necesitamos entrar enojados”, enfatiza el centro de Los Tarcos, disconforme con el saldo del fin de semana: “está bueno irse sabiendo que dejaste todo y no que podrías haber hecho mucho más, como nos pasó en Salta”.