La película “Come to my voice”, del director turco de ascendencia kurda Huseyin Karabey, obtuvo ayer el Astor de Oro al mejor filme en la categoría internacional, en la ceremonia de premiación realizada en el Festival de Cine de Mar del Plata, el único de máxima categoría de América Latina. Las proyecciones terminan hoy, en la jornada de cierre de la edición 29, pese a que la primera competencia fue hace 60 años.
El máximo galardón recayó en un producto que también obtuvo el premio del público a la mejor película internacional. Se trata de la historia de Dengbej, un trovador de una aldea kurda que cuenta las desventuras de la anciana Berfé y de su pequeña nieta Jiyan, en medio de los conflictos políticos y de la violencia militar de la región.
Como mejor director que elegido el francés Mathieu Amalric por “La chambre bleue”, mientras que el mejor guión se lo llevó la italiana Alice Rohrwacher, por “Le meraviglie”.
Como mejor actor fue elegido Park Jungbum, de Corea del Sur, por la película “Alive”, que él mismo dirigió y que tiene garantizada su comercialización en la Argentina porque también se alzó con el premio que otorga la distribuidora Obra Cine. La estatuilla a la mejor actriz fue para Negar Javaherian, por “Melbourne” (de la iraní Nima Javidi).
Los jurados en la sección internacional fueron los españoles Gerardo Herrero y Carlos Vermut; los chilenos Valeria Sarmiento y Manu Yáñez Murillo (radicado en Barcelona); el norteamericano Paul Schrader, y la actriz argentina Soledad Villamil. El presidente del festival es veterano director José Martínez Suárez, quien abrió la ceremonia con la promesa de “ser breve por dos motivos: por ustedes y por mí”. Los organizadores calcularon que hubo 130.000 espectadores en total y anunciaron que desde la próxima edición, se entregará el premio Alfredo Alcón al mejor actor o actriz nacional o internacional.
Brasil se llevó dos premios: a mejor largometraje latinoamericano con “Branco sai preto fica”, de Adirley Queirós; y a la mejor dirección de fotografía, para Pedro Costa y Leonardo Simões por “Cavalo dinheiro”. El premio Signis fue para “No todo es vigilia”, de Hermes Paralluelo; y el Fipresci (otorgado por la crítica especializada) a la película latinoamericana para “Sinfonía de necrópolis”, de Juliana Rojas (Brasil).
En la competencia argentina, el premio a mejor película fue para “Su realidad”, de Mariano Galperin; a director, Adrián Biniez (“El 5 de Talleres”); actor argentino revelación, Germán de Silva (“El patrón, radiografía de un crimen”); actriz argentina revelación, Sofía Brito (“El hijo buscado”) y guión, Luis Camardella por “Salud Rural”.
El festival es, además, una vidriera para la entrega de muchos otros premios, como el que obtuvo Sebastián Ortega, ganador del concurso que realizaron el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y Televisión Digital Abierta. En 2015 filmará la miniserie unitaria de 13 capítulos “El clan Puccio”, sobre esa familia de criminales.
El Incaa también anunció a los nueve ganadores del premio Raymundo Gleyzer/Cine de la Base: por la región NOA se impusieron “El maestro”, de Cristina Tamagnini, y “El espíritu del Apacheta”, de Juan Pablo Di Bitonto.