Una más y van... No hay partido importante que se dispute o una reunión masiva de simpatizantes en la que no se registren incidentes. Ayer, fueron detenidos cinco fanáticos de Atlético por haber generado incidentes en Barrio Norte y en el sur de la ciudad.
Desde muy temprano, y ante la imposibilidad de presenciar el encuentro en el Monumental, los “decanos” comenzaron a caminar por las calles en busca de una pantalla para poder disfrutar del encuentro.
Uno de los lugares más concurridos fueron los bares que están ubicados en las esquinas de Laprida y Corrientes. Allí, más de un centenar de fanáticos se amontonaron para disfrutar del encuentro. Primero se alegraron y festejaron como locos el gol de Cristian Menéndez. Pero después, cuando Huracán dio vuelta el encuentro, estalló el escándalo.
La Policía informó que los fanáticos comenzaron a pelear entre ellos porque un grupo de hinchas comenzó a insultar a los jugadores y dirigentes. Los propietarios de esos comercios llamaron al 911 para que acudieran.
“Cuando nos enteramos de lo que estaba pasando, personal de Infantería y de Patrulla Urbana que estaba en la plaza Independencia fue desplazado hasta ese lugar. Al llegar allí, se enfrentaron con los simpatizantes. Se detuvo a dos mayores, a los que se inició una causa penal por daños, y tres menores fueron entregados a sus padres después de haber sido identificados”, comentó Jorge Díaz, jefe de Seguridad Deportiva de la Policía.
Por las redes sociales se informó además que en ese incidente habían resultado heridas dos personas. Díaz, en una charla telefónica con LG Deportiva aseguró que no tenían ninguna confirmación oficial sobre la existencia de lastimados. “Sí estamos al tanto de que algunos bares sufrieron daños materiales”, concluyó.
Batalla campal
Por otra parte, uno de los hechos más graves se produjo en la esquina de Jujuy y avenida Independencia. Al parecer, un simpatizante de San Martín celebró un gol de Huracán, lo que generó la inmediata reacción de un grupo de por lo menos 20 simpatizantes “decanos”.
Según la versión de varios testigos, el parroquiano fue golpeado por varios de los que estaban allí. Cuando observaron la presencia policial, los agresores como la víctima desaparecieron del lugar. La Policía confirmó que en este caso no hubo detenidos ni se realizó denuncia alguna por lo que ocurrió.