BUENOS AIRES.- En su primera decisión como nuevo secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli le pidió la renuncia al director de operaciones de la central de espías, Antonio Jaime Stiuso. El agente, quien desde hace años es señalado como el “hombre fuerte” de la secretaría, aceptó la orden y presentó su dimisión. Cerca de Parrilli explicaron la decisión en la lógica de querer colocar en la conducción de la secretaría gente de su confianza.
De esta forma, la renovación de la cúpula de la Secretaría de Inteligencia será total -informó Página 12 on line-. Primero, la presidenta, Cristina Fernández, colocó el martes a Parrilli y al hasta entonces jefe de Gabinete del Ministerio de Justicia, Juan Martín Mena, como uno y dos del organismo en lugar de Héctor Icazuriaga y de Francisco Larcher, dos “pingüinos” que ocupaban esos cargos desde las épocas de Néstor Kirchner.
La gran incógnita hasta el jueves era si la renovación en la sede de la calle 25 de Mayo alcanzaría al número tres de la nomenclatura y a quien desde hace tiempo se lo menciona como el jefe operativo de los espías, Antonio Stiles, más conocido por su alias Jaime Stiuso. La leyenda generada en torno de Stiuso es que, gracias a sus más de cuatro décadas en la agencia, cuenta con información reservada sobre todos los hombres y mujeres del poder, lo que supuestamente lo volvía intocable. Incluso, que cuando asumió Kirchner le dejó sobre su escritorio en la Casa Rosada las carpetas de Inteligencia con toda la información que existía sobre él y sobre Cristina.
Es recordado el episodio en que el por entonces ministro de Justicia Gustavo Beliz apareció en televisión mostrando una foto de Stiuso y acusándolo de montarle un ministerio paralelo, incluso de darles instrucciones a los jueces federales. “Es quien maneja el poder real en la secretaría”, sostuvo Beliz en aquel momento. El ministro debió renunciar y, además, se le inició una causa que terminó en juicio por mostrar la foto de un agente de Inteligencia.
Por otro lado, Stiuso estuvo entre los principales impulsores de los acuerdos con la CIA y el Mossad, que derivaron en la investigación de la causa AMIA que determinó la responsabilidad de Hezbolláh y de Irán. Las pruebas de esa causa están casi exclusivamente basadas en informes de los servicios de EEUU y de Irán. Ese trabajo de la SI quedó en entredicho cuando Cristina impulsó el Memorándum de Entendimiento con Irán, que generó un cortocircuito entre la secretaría y la Rosada.
Como sea, la extensa trayectoria de Stiuso en la central de inteligencia llegó a su fin. Parrilli resolvió como primera medida en su cargo pedirle la renuncia para tener las manos libres para armar una nueva conducción de confianza.
El reportaje que Stiuso concedió a Noticias, donde rompió con la tradición de no hablar en “on” con los medios, confirmó en el Gobierno la sensación de descontrol y ratificó la determinación presidencial de un cambio de mando en la ex SIDE. El primer impulso fue separar esa movida de la nota en Noticias, pero la ira de Cristina fue más fuerte y el mismo fin de semana se tomó la decisión que fue conocida el martes.