BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, se reponía ayer en la residencia de Olivos de una fractura en el tobillo izquierdo que sufrió en Santa Cruz y que determinó su regreso anticipado a Buenos Aires para seguir con los cuidados médicos que requiere la lesión.
A través de un comunicado de la Unidad Médica Presidencial, se reportó que la jefa de Estado sufrió “una contusión del tobillo izquierdo, lo cual le produjo una fractura bimaleolar sin desplazamiento”. “Se indicó inmovilización, tratamiento sintomático y control evolutivo”, agregó el parte que firmaron los médicos Marcelo Ballesteros y Daniel Fernández.
Tras arribar al Aeroparque Metropolitano, donde se la pudo ver en una silla de ruedas, Cristina fue derivada al sanatorio Otamendi, donde fue asistida para luego ser trasladada a la quinta de Olivos. El portal de noticias OPI Santa Cruz informó que la jefa de Estado había sufrido un accidente doméstico en su casa de Río Gallegos y fue llevada por su hijo Máximo Kirchner, junto a la custodia presidencial, al Hospital Regional de esa ciudad.
La mandataria decidió su retorno inmediato a Buenos Aires porque en el Hospital de Río Gallegos, el más importante de la provincia, no se pudo avanzar con los estudios médicos, ya que no funcionan ni el tomógrafo ni el resonador.
Mejores condiciones
A partir de esta circunstancia, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, instó esta mañana a “mejorar las condiciones de atención” médica de la jefa de Estado, al manifestarse sorprendido de que la fractura que sufrió la mandataria haya obligado a “hacer todo un traslado” desde la Patagonia hasta una clínica de Buenos Aires. “Adonde esté un Presidente siempre hay una unidad médica con todos los elementos necesarios como para producir una atención correcta con los mejores niveles médicos”, alertó.
El cordobés fue terminante a la hora de expresar su postura: “me extraña que frente a una fractura hayan tenido que hacer todo un traslado, con lo que habrá significado para la señora Presidenta, porque debe haber sido doloroso un viaje en esas condiciones, por más de que le hayan inmovilizado el pie”.
“Hay que prestar atención a esas cosas”, insistió De la Sota al señalar que “en todas partes los presidentes están sujetos a la posibilidad de que puedan tener un accidente médico, un accidente personal y siempre tienen alrededor un esquema de cuidados muy, muy eficientes”.
La jefa de Estado había sufrido un esguince de tobillo izquierdo en marzo pasado cuando se encontraba en Roma y por ese motivo asistió a una audiencia con el papa Francisco en el Vaticano con una férula. (DyN)