ESPAÑA.- Era sabido que ayer todas las miradas iban a estar puestas en Messi y también en su DT, Luis Enrique en la goleada de Barcelona por 5-0 ante Elche. Es que la pelea entre el entrenador y Leo en la semana hizo que, en el momento en que la Pulga pateó el penal del tercer tanto del equipo catalán todos tomaran nota de los gestos.
Sin embargo, el gol se festejó de una manera tranquila y no hubo mensajes indirectos. Apenas entró la pelota, Messi se besó las manos y saludó a la hinchada, algo poco común en él. Luego sí, festejó con sus compañeros y señaló hacia el cielo, como hace en todos los gritos.
El DT, por su parte, se fue rápido al vestuario ya que el árbitro pitó el final del primer tiempo y no dejó que Elche sacara de la mitad de cancha.