Luis Gabriel Corral está más flaco que la última vez que fue fotografiado, hace dos años y medio. Viste ropa deportiva, al igual que aquella vez en que el fiscal Guillermo Herrera lo había hecho llevar esposado a su despacho, para tomarle declaración por el crimen de su esposa Marcela Chiaro. Ese 24 de agosto de 2012, se había refugiado en el silencio. Ayer habló por primera vez, porque, dijo, quiere recuperar a sus hijos.
Los últimos años de Corral van de la mano de dos mujeres. Por un lado Chiaro, con quien se casó en Esperanza, Santa Fe, y se instaló en Tucumán. Puso una veterinaria en Villa Amalia y tuvieron una hija que hoy tiene cinco años, cuya custodia tiene Rosana Chiaro, hermana de Marcela, en Santa Fe.
La otra mujer es Paola Carina Castro, con quien tuvo una relación paralela. A fines de 2011 tuvieron un hijo. Herrera la acusó de haber colaborado con Corral en el homicidio de Chiaro, quien desapareció el 13 de febrero de 2012 y cuyos restos fueron hallados en junio de ese año en unos cañaverales de Leales.
Castro también recuperó la libertad el 31 de diciembre de 2014, y según Corral le comunicó que no quería continuar la relación, y que no le deja ver a su hijo. Ella lo denunció por violencia de género y obtuvo una prohibición de acercamiento que, aseguró el abogado del veterinario, Gustavo Morales, nunca le fue notificada.
“Salí de la cárcel y ella (Castro) me dice por medio de mi madre que no quería que vivamos juntos. Busco alguna forma de tener contacto con mi hijo, al que veía una vez por semana en el penal. Me lo llevaba mi suegra, Olga Castro. El 12 de enero le mandé una carta documento para pedirle que me deje verlo, y el 15 hice la denuncia. Me entero por el diario de la supuesta orden de restricción”, dijo Corral.
El veterinario no quiso que le tomaran fotos. “Estoy tratando de conseguir trabajo y prefiero que no. Tienen mi foto por todos lados”, expresó, y siguió relatando su relación con Castro: “Tuve comunicación con ella por teléfono mientras estuvimos presos. ‘Te amo’, ‘te quiero’. Teníamos una situación de pareja. El día anterior a que salgamos en libertad me sale con que quería ella estar sola. Nunca me explicó por qué”.
- La familia de Marcela teme que vaya a Santa Fe y se lleves a su hija.
- Mi mamá tiene contacto con mi hija una vez a la semana. Yo no puedo ser tan desgraciado como hicieron ellas de sacarla en la casa donde estaba y llevarla conmigo. Sí intentaré verla, por supuesto, para comenzar una relación con mi hija. Pero tampoco puedo hacer una cosa tan loca de arrebatar a mi hija.
- Para los Chiaro usted es el homicida de Marcela.
- Ellos tienen mucho odio en su corazón. No le hice nada a Marcela, si yo hice la denuncia de su desaparición. Marcela no les importaba a ellos. La gente tiene que saber el trasfondo de esto. Es muy fácil denunciar a una persona, poner dos o tres testigos y gente que hable tonterías.
- ¿Y por qué lo involucraron?
- Si vos sos la pareja, y tenés una pareja aparte, y vos decís ‘la está engañando a tu hermana’, y encuentran sangre y te tiran un montón de porquería encima, todo el mundo va a decir ‘este es culpable’. Te van a apuntar con el dedo.
- ¿Qué quiere decir con que le tiraron un montón de porquería?
- Tengo sangre por todas partes en el departamento de Paola, en la veterinaria, en lugares en los que nunca anduvo Marcela.
- ¿Y quién le tiró esa porquería, como dice?
- Si yo supiera. Hicieron un allanamiento en la veterinaria, sin abogado. Sacaron muestras de ADN para hacer sopa. Tienen pelos, dentífricos, cepillos de dientes. Tienen capacidad para sembrar ADN por todas partes.
- ¿Qué piensa que le pasó a Marcela?
- No sé. Si supiera yo no me hubiera pasado estos tres años preso. Yo me dedico a sanar animales, no a matar.
- ¿Cómo vivió en la cárcel?
- Soportando. Pero tuve la posibilidad de haber conocido a Dios y al Evangelio, y eso me dio la fuerza para seguir adelante.
- ¿Y ahora que está libre?
- Quiero pelear con dientes y uñas por la posibilidad de ver a mi hijo. Si Paola no quiere tener una relación, si quiere dejarme, si me dejó, o como sea, es ella la que está obrando mal ante los ojos de Dios, y va a tener que asumir la consecuencia de Dios, porque es bueno pero también castiga.
- Si no tuvo nada que ver con la muerte de Marcela, ¿por qué lo acusan?
- Para ser sincero, por mujeriego. Por no hacer las cosas bien. Si hubiese estado centrado en la veterinaria, si hubiera cuidado más a mi familia, todo sería distinto. Yo había perdido contacto con Marcela hacía mucho tiempo, en cariño. Teníamos una relación como de compañeros de trabajo, hacia mucho que habíamos perdido contacto como pareja. Ojalá supiera lo que le pasó a Marcela.