Los Pumas 7’s dieron el domingo el primer zarpazo del año al brindar con la Copa de Oro en el Seven de Viña del Mar. Dentro de la cancha hubo un tucumano fundamental: Augusto López Salas, quien como en la final del Argentino, anotó tres tries en el 31-0 sobre Uruguay que le dio el título a Argentina. Fuera del perímetro de cal, hubo otro: el entrenador Leonardo Gravano, cuyo lugar en el staff técnico del seleccionado de seven parece cada vez más consolidado. Con los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 en el horizonte próximo, donde buscará la clasificación para Río 2016, el tucumano se prestó a una charla con LG Deportiva.
- Antes de analizar el arranque del 2014, ¿cuál es tu balance 2014?
- Dimos un paso adelante gracias a la buena preparación física. En eso tuvo mucho que ver los que se hace en los Pladares (Centros de Alto Rendimiento). Esto ha ido equilibrando las cosas, no sólo en seven, también en rugby de 15.
- ¿Te ha cambiado la vida esto de entrenar a los Pumas Seven?
- Seguro. Es una responsabilidad enorme. Es gratificante, por supuesto, pero ser parte del staff implica viajar prácticamente cada 45 días a participar en torneos del circuito internacional, y hay que estar a la altura de las exigencias. Hay que dedicarle varias horas para estar al día con videos de juego y de destreza. Nos preocupamos de pasarles a cada región todo lo que se refiere a la preparación, para que cuando se los convoque, los jugadores tengan incorporado todo lo que se requiere.
Mayores exigencias
- ¿Cuesta mucho encontrar y seleccionar jugadores de seven?
- No tanto, porque ahora hay muchos jugadores y mucha competencia. Eso nos permite verlos en distintos niveles Además, con los Pladares, el jugador tiene otra preparación y cada día las exigencias son mayores. Lo que cuesta es tener un grupo de jugadores estables, que estén disponibles para cada torneo, para no cambiar tanto entre uno y otro.
- ¿Cuál es el progreso que ha tenido el jugador argentino en esta especialidad?
- El juego de siete ha ido cambiando mucho para bien. En este circuito mundial todavía hay equipos que por su características físicas y técnicas siguen jugando hacia los costados o hacia atrás, pero hoy se juega con los conceptos del rugby de 15, yendo para delante, atacando por los espacios que deja el rival. En pocas palabras, hay que tener la iniciativa atacando.
- ¿Cuáles son las cualidades que debe tener el jugador de seven?
- Sigo pensando que las características deben de ser como el de 15. Es más, pienso que debe de ser más profundizado. Por ejemplo, hablamos del duelo, o sea el uno a uno. En el seven es peor, porque hay más espacio y el jugador tiene que superar esa circunstancia de juego, mientras que en el de 15, el jugador se siente más protegido porque tiene más cerca el compañero. Hay que preparar al jugador con mucha destreza, no hace falta ser tan rápido. El jugador de seven debe estar preparado tanto en lo físico, técnico y mental.
- ¿El jugador argentino es profesional o semiprofesional ?
- El jugador argentino ya es profesional porque no se necesita cobrar dinero para serlo. Su preparación ya tiene el nivel de un deportista profesional. Se ejercitan de otra manera, se alimentan de otra manera. Y pese a que la mayoría tiene que seguir estudiando o trabajando, en sus clubes se entrenan cuatro a cinco días por semana.
Mayor competencia
- ¿Ves con buenos ojos que la Argentina va a contar con un circuito de Seven ?
- Es algo muy bueno. Se lo viene pidiendo hace tiempo. Te da mayor competencia, que es lo que necesita el jugador, y a los entrenadores le da un gran abanico de jugadores para elegir. Es una muy buena propuesta.
- ¿Como ves el regreso del rugby como disciplina olímpica en 2016?
- El desafío es muy importante. La oportunidad es única. Sabemos que es así y por ese motivo nos estamos preparando. Para ello nos viene muy bien el Circuito Mundial. Por supuesto, primero hay que clasificar para los Juegos. No conviene adelantarse a los hechos.