Los pasajeros del interno 34 de la línea 124 se desesperaron ayer, luego de que un proyectil ingresara por una de las ventanas y diera en la cabeza de un niño de cuatro años, apenas el colectivo había cruzado el puente Ingeniero Barros que separa la capital tucumana de la ciudad de Alderetes.
Aunque los pasajeros que se comunicaron con LA GACETA para contar lo que había sucedido, no podían precisar qué elemento había herido al niño, se supo que la víctima (de nombre Nicolás) recibió el impacto de una piedra en la frente, lo que le produjo un corte. Antes de la medianoche, el pequeño ya pudo volver a su casa, contaron fuentes policiales.
El incidente ocurrió alrededor de las 20.15. El colectivo venía desde Alderetes hacia la capital, y al cruzar el río Salí se escuchó el impacto que rompió uno de los vidrios. “Veníamos pocos pasajeros. La madre del chiquito le tomaba la frente y se veía que perdía mucha sangre”, comentó una mujer que viajaba en el ómnibus y que presenció toda la escena.
Los pasajeros fueron trasladados a otra unidad en la que continuaron viaje, mientras que el chofer llevó a la madre y al niño a un sanatorio de barrio Sur.
Fuentes policiales dijeron que hasta anoche no se había realizado denuncia, pero que los pasajeros habían llamado al 911. Cuando los efectivos llegaron al lugar, ya quedaban pocos testigos del hecho. Sin embargo, la Policía reconoció que no es la primera vez que hay ataques contra los colectivos, que son apedreados desde la oscuridad.