SANÁ, Yemen.- Al menos 142 personas murieron cuando cuatro atacantes suicidas detonaron bombas durante las plegarias de mediodía del viernes en dos mezquitas chiíes, en una escalada de la peor ola de violencia que enfrenta el país en años.
El grupo militante Estado Islámico se adjudicó la autoría de los ataques en un comunicado, luego que varios de sus partidarios celebraron las agresiones en Twitter.
Los ataques, en los que los suicidas con cinturones explosivos apuntaron a fieles fuera y dentro de las mezquitas, ocurrieron un día después de que un avión no identificado bombardeó el palacio presidencial en la sureña ciudad de Adén.
Armas antiaéreas abrieron fuego contra aviones que sobrevolaban el complejo presidencial el viernes, dijeron fuentes gubernamentales y testigos.
Las mezquitas en el centro de Saná son conocidas por ser usadas principalmente por simpatizantes del grupo musulmán chií de los Houthis, que tomó el control del Gobierno.
La toma de poder de los houthis desde septiembre ha profundizado las divisiones en la compleja red de alianzas políticas y religiosas de Yemen, y dejó al país cada vez más aislado del mundo exterior.
Un testigo dijo que escuchó dos explosiones seguidas en una de las mezquitas, conocida como Badr, y que está en un concurrido barrio en el centro de Saná.
"Iba a rezar en la mezquita cuando escuché la primera explosión y un segundo después escuché otra", dijo el testigo.
Los hospitales en Saná solicitaron donantes de sangre para ayudar a tratar al gran número de heridos. Un testigo de Reuters en la mezquita Badr dijo que contó al menos 25 cuerpos ensangrentados tirados en la calle y dentro del edificio religioso.
Un hombre llevaba a un niño en sus brazos.
Otro suicida trató de hacer estallar sus explosivos en una de las principales mezquitas en la norteña provincia de Sadaa, bastión de los houthis, pero la bomba explotó prematuramente y causó solo la muerte del atacante, dijo una fuente de seguridad a Reuters.
La tensión ha aumentado desde que el presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, reconocido por la ONU, escapó de un mes de arresto domiciliario en Saná impuesto por los houthis que controlan la capital. (Reuters)