Desde 1993 la ONU celebra el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua. Ayer, el papa Francisco aprovechó la fecha para pedirle a la comunidad internacional que proteja las fuentes de agua y que garantice su acceso universal. “Es el elemento más esencial para la vida y de nuestra capacidad de salvaguardarla y compartirla depende el futuro de la humanidad”, expresó el Sumo Pontífice luego de la oración del Ángelus dominical en el Vaticano.
“Animo, por tanto, a la comunidad internacional para que vigile que las aguas del planeta estén adecuadamente protegidas y que nadie sea excluido o discriminado del uso de este bien, que es un bien común por excelencia”, señaló Francisco, según reprodujo la agencia Télam.
Además, al igual que el año pasado, Jorge Bergoglio regaló en este quinto domingo de Cuaresma un Evangelio de bolsillo a aquellos miles de fieles que se acercaron hasta la Plaza de San Pedro para escuchar sus palabras. “Vamos a repetir un gesto que ya hicimos el año pasado: de acuerdo con la antigua tradición de la Iglesia, durante la Cuaresma se entrega el Evangelio a aquellos que se preparan para el bautismo”, comentó en declaraciones que reproduce la agencia EFE.
Uso responsable
El lema de este año es: “Agua y desarrollo sostenible” para poner énfasis en el uso responsable en todos los ámbitos de la actividad humana. Por día se utilizan miles de millones de litros de agua y se estima que la exigencia de este mineral aumentará un 400% hasta 2050. La ONU señaló que en el mundo hay 1.800 millones de personas que beben aguas contaminadas. La agricultura supone el 70 % del gasto total de agua en el mundo y se estima que la actividad crecerá un 60% los próximos años.