La tala, los desmontes, el crecimiento urbano, la falta de obras de mantenimiento de cuencas y canales se enumeran como posibles causas del desastre que causaron las inundaciones a principios de marzo. Si bien desde el Gobierno se ha insistido en que se trató de “evento extraordinario de la naturaleza”, especialistas de muchos ámbitos sostuvieron que hubo otros factores que incidieron en el catástrofe. Juan Manuel Villa, director de Flora y Fauna de la Provincia, sostiene que el avance urbano sobre los márgenes de los ríos ha contribuido a incrementar la gravedad del desastre. Además, durante una entrevista con LA GACETA, descartó que el desmonte en el cerro haya incidido en esta situación. De hecho, sostuvo que en la zona de las yungas se conserva el 95% del bosque nativo.
- ¿Está mal echarle la culpa al desmonte por las inundaciones?
Si. Las grandes tasas de deforestación en Tucumán se dieron hace muchos años, unos 120, y se incrementó desde los años 70 hasta mediados de los 90 debido al avance de la frontera agropecuaria. En la mayor parte donde se dan las precipitaciones el bosque nativo se mantiene en un 95%.
- ¿Cuáles pueden ser las causas?
- Uno de los mayores factores que inciden en el daño es la cantidad de gente que vive en zonas cercanas a los cauces de ríos, que hace que haya más gente afectada. Eso responde a una realidad social porque son personas de bajos recursos que se instalan allí alentadas por algún puntero político o porque no tienen otra opción. Pero también hay cuencas totalmente inalteradas, como el caso del Río Jaya, donde además hay una reserva natural (“Los Alisos”) donde no se tiene recuerdos de la fuerza de la creciente. Ahí el desmonte tiene cero influencia.
- ¿Continúan los desmontes después de la ley de Bosques?
- Persisten pequeños desmontes ilegales en zona roja que no superan la hectárea. Esto se controla con imágenes satelitales. Se trata de pequeños productores que pretenden expandir sus fronteras de cultivos unos metros más.
- Hay denuncias, por ejemplo, de la zona de La Sala.
Esa zona es roja y amarilla, pero hay lotes que ya estaban desmontados. Si hay pequeñas infracciones no deben ser de más de seis hectáreas.
- ¿Cuánto recibe Tucumán para proteger los bosques?
Actualmente, la provincia recibe $6 millones del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de Bosques Nativos creado por la ley 26.331.
- ¿Cuánto le corresponde en realidad?
Deberíamos recibir 10 o 12 veces más, según lo establece la ley. Esto se vota en las cámaras de Diputados y Senadores porque debe incluirse en el presupuesto.
- ¿Esto significa que con menos dinero, menos protección?
Digamos que más presupuesto le quitaría las ganas al propietario de bosque de reemplazar ese bosque con otro cultivo. Además, como el 30% va para fortalecimiento institucional se podría mejorar el mantenimiento del bosque.
- ¿Cuál es la zona más conflictiva?
La zona amarilla, entre la ex ruta 38 (ahora 301) y el propio pedemonte. Están las mejores condiciones climáticas y es muy codiciada para el cultivo de caña, citrus, arándano porque es un área potencialmente libre de heladas. Además hay gran densidad poblacional.
- ¿Qué se necesita para desmontar y construir un country?
Requiere certificado de no inundabilidad, el permiso de la comuna o municipio, factibilidad de servicios públicos, estudio de impacto ambiental (lo hace un privado) evaluado por el Consejo Provincial de la Economía y el Ambiente. Si necesita desmontar requiere nuestra autorización, de otro modo no puede avanzar.
Ficción y realidad
El artículo 31 de la ley de Bosques dice que “Las partidas presupuestarias (...) no podrán ser inferiores al 0,3% del presupuesto nacional”; sin embargo, las provincias reciben cada vez menos dinero. Parte del fondo va para compensar monetariamente a los propietarios de los bosques. Un aliciente para que los mantengan. Según Greenpeace, FARN y Vida Silvestre en 2008 y 2009 no hubo asignación de presupuesto. En 2010 los fondos asignados fueron de 300 millones cuando deberían haber sido de unos 821 millones. Además, denunciaron que en 2010 $144 millones fueron “reasignados al “Programa Fútbol para Todos”. Estos datos están en el libro “Tierra arrasada” del periodista Darío Aranda. En 2011, 2012 y 2013 el presupuesto siguió adelgazando, llegando a ser 10 veces menor.
En la tercera temporada de “House of cards”, la serie de Netflix en la que Kevin Spacey protagoniza a Frank Underwood, un presidente de EEUU que es la quintaesencia de la amoralidad y el cinismo, quien impulsa un programa “América trabaja”, en el que, con la excusa de dar empleo a miles de estadounidenses, apunta a acumular poder. Para financiarlo no lo incorpora al presupuesto, sino que decide rebajar las partidas del FEMA, fondo destinado a las cuestiones y catástrofes ambientales. Un paralelismo con la realidad que, por lo menos en Argentina, no pareciera pura ficción.