No hay nada como una vigorosa escalada hacia la cumbre en el Peñón de Gibraltar, sobre todo cuando se está tratando de resolver un misterio de casi 2.500 años: hallar la ciudad perdida de Atlantis. Quizá suene a misión imposible. Para los fanáticos de la arqueología como yo, no. Alrededor del año 360 a. de C, Platón hizo las primeras menciones de Atlantis. El Peñón de Gibraltar es parte del indicio más prometedor: que Atlantis era una isla que alguna vez se ubicó “en frente de la boca” de los Pilares de Hércules. Realicé una breve excursión por el Parque Nacional de Doñana en España, donde el río Guadalquivir forma un delta lo largo de la costa atlántica. Ese delta pantanoso, con serpenteantes masas terrestres resulta ser otro posible candidato para la ciudad perdida. Doñana es hoy una reserva natural pacífica, pero tiene una historia violenta. La Falla Transformante de Azores-Gibraltar frente a la costa cambia cada 350 ó 450 años, desencadenando grandes terremotos y tsunamis que borran todo lo construido a lo largo de la costa. Cada año, durante la temporada de lluvias, el río Guadalquivir inunda la llanura de Doñana y deja una nueva capa de sedimento. Si Atlantis se hubiera ubicado en Doñana, ahora estaría sepultada. Platón describió a Atlantis como una ciudad isleña bien resguardada, rica en templos. Lo cual también es una excelente descripción de Malta.
Mi guía local, Anton Mifsud, explicó su teoría: los Pilares de Hércules de Platón en realidad estaban en el centro del Mediterráneo. “Si hubiera un Atlantis, entonces estaría en Malta”, me dijo con entusiasmo. Me llevó a los antiguos templos de Mnajdra y Hagar Qim, las estructuras más antiguas en el Mediterráneo -anteceden a las pirámides de Egipto por 1.000 años, y al “Timeo” de Platón en casi tres milenios- y los candidatos más probables (o quizá menos improbables) para los templos de Atlantis de Platón.
Mientras desayunaba luego en la terraza de un café en la isla de Santorini, estuve casi seguro de que había encontrado Atlantis. La ciudad de Platón, antes de su catastrófico final, había sido construida sobre círculos concéntricos de tierra y agua... Quizá la parte más interesante de la evidencia de Atlantis en Santorini sea Akrotiri, una próspera ciudad portuaria hasta hace 3.600 años. Mencioné la idea a Christos Doumas, arqueólogo del lugar, mientras cenábamos a orillas de las ruinas. Estaba ansioso por bombardearlo a Doumas con mis teorías sobre Atlantis, pero mientras ordenaba copas del vino santo rosado, el arqueólogo meneó la cabeza con desdén y me dijo que yo estaba, en realidad, en una misión imposible. “Atlantis es una utopía”, afirmó. “Una palabra que en griego significa ‘ningún lugar’. Es un sueño”.