LA ACTUACIÓN DEL JUEZ DE PAZ.- “Denuncié en sede penal y administrativa a Pedro Antonio Núñez, juez de Paz de Los Gómez, porque, pese a que mi finca no estaba dentro de su jurisdicción, decidió otorgar la posesión a Ángel ‘El Mono’ Ale. Un sumario ordenado por la Corte Suprema de Justicia de Tucumán e instruido por el funcionario Raúl Fernando Scrocchi determinó que Nuñez había actuado en forma irregular. Previamente, Nuñez, en calidad de juez de Paz subrogante, había dicho que yo tenía la posesión de la finca”.
EL FISCAL N° 10 INSISTE.- “Como yo no me presentaba a declarar como imputado ante el fiscal Guillermo Herrera, aparece ‘El Mono’ Ale y pide la restitución de mi finca. Y Herrera, que sabía que la Justicia había reconocido mis derechos sobre el fundo y que la fiscala María de las Mercedes Carrizo había pedido que Ale sea juzgado por querer usurpar mi propiedad, va y pide al juez Francisco Pisa que entregue mi finca a Ale. Mientras tanto, el juez Alejandro Tomás, que había intervenido en la causa de Carrizo, requería las actuaciones a Herrera, pero él se negaba a remitírselas. El fiscal sólo se detuvo cuando la Justicia Federal comenzó a perseguir al clan, a instancias de Susana Trimarco”.
UN ESTADO DE INDEFENSIÓN.- “Posiblemente no terminé detenido por pedido de Herrera porque tuve un abogado (Jorge Lobo Aragón) dispuesto a defenderme , lo que no es poca cosa: nadie se quiere meter contra la mafia. Cuando uno tiene la desgracia de caer en sus garras, sobran los dedos de la mano para contar a los profesionales dispuestos a trabajar. Hay una suerte de indefensión total”.
CREER EN LA JUSTICIA O REVENTAR.- “Hago estas denuncias porque soy un hombre de Derecho, no manejo armas, no ando a los tiros ni con guardaespaldas. Hay funcionarios comprables o funcionales, que permiten, aceptan y cometen las irregularidades. Cuando el Colegio de Abogados decidió denunciar, me sumé porque creo en la justicia y sé que es el único camino civilizado posible: la vía alternativa es la selva”.