Es un singular viaje al corazón de la fe. Una colección de imágenes que retrata la travesía épica de un pastor con “olor a oveja” que terminó calzando las sandalias del pescador. Un testimonio ineludible de una coherencia ideológica que conquista el corazón de los cristianos en todo el mundo. Todo esto y mucho más es la muestra fotográfica “Francisco, servidor en Buenos Aires, servidor para el mundo”, que permanecerá abierta hasta el domingo, en la sala Exequiel Linares del Ente Cultural de Tucumán (San Martín 251).
El autor de las imágenes es Enrique Cangas, un fotógrafo que siguió en silencio los pasos de Jorge Bergoglio cuando todavía no era el papa Francisco y que supo retratar no sólo sus momentos públicos sino también los instantes más íntimos y conmovedores. “Mi objetivo es mostrar que las actitudes y gestos del papa Francisco que hoy asombran al mundo, son una continuación de lo que demostró en Buenos Aires durante su ministerio pastoral como arzobispo de la ciudad”, indicó el fotógrafo, quien pudo retratar al cardenal en múltiples oportunidades a lo largo de 10 años. “Él no cambió. Sigue siendo coherente en medio de una cultura en la que todo cambia. Los políticos cambian de color, cambian de equipo, cambian de ideología... todo cambia. Y si uno no se sube a esa corriente de cambio parece que no avanza. Sin embargo, Bergoglio sigue predicando en el Vaticano lo que ya predicaba en Buenos Aires. No hay nada nuevo en su mensaje. Eso es lo más grandioso”, declaró.
En la muestra se puede observar al ex cardenal lavando los pies de una anciana en el Hospital Penna, llevando a cabo una oración en los festejos del Bicentenario, en un congreso pastoral y también dando en la misa de los niños en el Parque Roca. Sin embargo, la foto predilecta de Cangas es aquella en la que aparece Bergoglio abrazado por un joven evangelista. “Fue tomada durante un encuentro ecuménico en el Luna Park. En esa foto está toda la ternura que él predica; simboliza el encuentro de todos los cristianos, dejando de lado las diferencias. Y lo más llamativo de la imagen radica en que no es Bergoglio el que está abrazando sino que él se deja abrazar. Todo un mensaje de humildad”, relató.
Cangas confesó también que siente un orgullo enorme de que sus fotos sean expuestas en Tucumán. “Me alegró mucho que la muestra haya estado abierta justamente el 9 de julio”, dijo.