El encargado de ceremonial del Vaticano, Guillermo Karcher, afirmó ayer que el papa Francisco se tomó unas vacaciones “sui generis, al modo Bergoglio, durante las que está trabajando muy entusiasmado”. De esta manera se refirió a las actividades del Pontífice durante el receso por el verano europeo.
En diálogo con Télam, monseñor Karcher afirmó que gran parte de julio se consumió en el viaje a Sudamérica, organizado justamente en esta época de vacaciones. “Luego, por las actividades e iniciativas que sigue tomando y que tienen que ver con su preparación”, detalló. Recordó que, por ejemplo “ayer (por el domingo) Francisco se inscribió con una tablet en la jornada de la juventud en Cracovia del año que viene; y el martes pasado fue al aula nueva del Sínodo al encuentro de alcaldes e intendentes y dio un discurso precioso invitando a todos a movilizarse para que se proteja desde las ciudades y centros urbanos el clima, el medio ambiente y las personas”.
“Todo esto él lo hace con mucho gusto y durante sus vacaciones”, aseguró Karcher. También destacó que, este año, el Papa argentino tampoco se trasladó a la residencia veraniega de Castelgandolfo, donde los pontífices solían pasar el receso estival. “Esta semana le hice un chiste para que recuerde que son sus vacaciones y tiene que descansar. Pero él se reía”, contó.
El religioso, que ve a Francisco todas las mañanas, aseguró que el pontífice “sigue entusiasmado, contento, respondiendo mucha correspondencia, escuchando buena música. Esta mañana entré y salía una música clásica preciosa, que es buena para trabajar”, detalló.
“Él está preparando el viaje de septiembre a Cuba y Estados Unidos. No para de organizar, de pensar, de proyectar. Y es maravilloso ver el entusiasmo que tiene”, remarcó. Karcher adelantó que la próxima semana comenzarán nuevamente las audiencias generales de los miércoles.
“Ahora, en agosto, se retoman las audiencias, pero, a causa del calor, se hacen en el Aula Paulo VI durante todo el mes y no al aire libre, en la Plaza San Pedro”, recordó. “En esas audiencias -puntualizó monseñor Karcher- al Papa lo reconforta muchísimo el encuentro con los argentinos. Se los reserva para lo último, con un intercambio de afectos y de abrazos. Le traen no solamente objetos, como dulce de leche y yerba, sino saludos de gente que él ha tratado muchísimo y quizás no puede viajar. Todo esto le hace muchísimo bien”.