Daniel Blanco, referente del Partido Obrero (PO), se postula nuevamente para ocupar el sillón de Lucas Córdoba. Asegura que es optimista por el crecimiento que tuvo la agrupación en todo el país. Y afirma que lo primero que hará en caso de conducir la Provincia será desmantelar a la actual Policía de Tucumán.
- ¿Para qué quiere ser candidato a gobernador?
- Para realizar una vocación de mi vida que es dedicarme de lleno a la acción política, y la acción política sólo puede ser entendida como vocación de poder. No como una carrera individual, sino como parte de una acción colectiva que tiene distintos estadios, desde la organización del partido para que ese partido se convierta en un instrumento de poder hasta conquistar una influencia en la masa del pueblo como producto de una lucha. Mucha gente me reprocha y me dice: ‘¿cuántas veces fuiste candidato?’
- Estaba por reprocharle eso…
- He sido candidato siempre en las malas, cuando nuestra fuerza venía arando. Ni siquiera habíamos puesto la semillita. Hemos logrado en toda esta transición poner la semillita y ya tenemos un montón de viveros en el país. Hoy estamos en ocho provincias y antes sólo teníamos una representación legislativa en Salta. Ahora tenemos representantes en el Congreso nacional. Nuestro partido y el Frente de Izquierda aparecen hoy disputándoles protagonismo a los partidos tradicionales.
- Cuando llegan las elecciones, la gente los vota en las legislativas como para que hagan lío, pero no para que gobiernen…
- No sé si para que hagamos lío. Nos votan porque nos reconocen una trayectoria, una coherencia. Han visto en una carrera política que seguimos siendo los mismos. Nadie se ha enriquecido, nadie ha hecho una carrera política económica. Nos cargan todos los infundios en campañas macartistas. En un poder donde hay mucha corrupción la gente se pregunta sobre quién los puede controlar. Entonces dice que la izquierda puede ser un gran instrumento de control. Nosotros no nos proponemos sólo controlar. Nosotros queremos gobernar, pero la gente desconfía y no nos da ese crédito. Nos da el crédito cuando hay desgobierno.
- ¿A ver, y cómo es eso?
- Claro, vos tenés el crimen de Paulina (Lebbos), la cúpula policial procesada por encubrimiento agravado. Tenés la Brigada Norte donde tenían delincuentes que salían a robar; en el servicio penitenciario tenés un mercado de pastillas y drogas en la propia cárcel. Hay un poder político que actúa, no sólo con nepotismo, sino con una arbitrariedad antidemocrática. Este régimen electoral está hecho para que nadie pueda elegir. En la Junta Electoral recorrí una cuadra de boletas y no pude encontrar mi voto. El ciudadano que va a ir a votar, si no tiene el voto en la mano, no lo va a poder encontrar.
- ¿Qué le ofrece el PO al ciudadano para ordenar el desgobierno?
- La Policía debe desmantelarse. En diciembre de 2013 la Policía nos dejó en estado de indefensión.
- Nos dio la espalda…
-Absolutamente. Y el pueblo tuvo que articular mecanismos de autodefensa para proteger sus bienes, sus vidas, etcétera.
- ¿Qué hubiera hecho Blanco gobernador en esa situación?
- Si hubiera estado en el gobierno no me hubiera pasado eso porque no hubiese tenido esa Policía. Hay que armar un sistema de protección ciudadano. La Policía hoy no protege a los ciudadanos, es parte del problema que afecta a los ciudadanos porque está asociada con el delito. En el caso de la venta de drogas, hay una complicidad del Estado. Si todo el mundo sabe dónde se vende y quién le vende al que le vende.
- ¿Por qué, entonces, no se puede desarticular eso?
- No se puede porque el Estado se ha descompuesto. Porque se financia con el dinero del narcotráfico y de las redes de trata. La campaña de Cristina de 2013 tenía grandes aportes de los fabricantes de efedrina. Si ellos ponen la plata -esto es un fenómeno internacional-... por ejemplo en México se ponen los presidentes. Hay que ir con un trabajo de cirujano político porque uno está dejando un tumor que sigue produciendo, contaminando y descomponiendo.
- ¿Pero se puede lograr, en realidad, el desmantelamiento de la fuerza policial?
- A las cúpulas hay que desmantelarlas a todas, porque están todas comprometidas hasta el cogote. Hay que armar una nueva cúpula apoyada en un gobierno que va a tener una orientación distinta con respecto al pueblo. Además hay que instalar el juicio de residencia para los funcionarios que dejan el cargo. Fíjese el caso Manzur, yo fui el primero en comprar el libro (N de la R: “A su Salud”, el libro escrito por los periodistas de LA GACETA Irene Benito, Indalecio Sánchez y Fernando Stanich).
- ¿Ah sí, no me diga?
- El primer libro lo compré yo. Me sentí honrado porque estoy bien aludido. Porque estos personajes con Manzur a la cabeza quisieron cooptarme. Me ofrecieron estar en el directorio de la Convención Constituyente. Vas a quedar en la historia, me decían. Pregunté cuánto era el presupuesto de la Convención y no me lo quisieron decir. Yo iba a las reuniones de la Convención y los demolía, por el nivel cultural, político e intelectual de esa gente que lo único que sirve es para levantar la mano. Pero no podían razonar los problemas. Cuando discutíamos el problema del medio ambiente, la esposa del intendente de Lules no entendía de qué estábamos hablando. Dice en un momento: ‘ahora sí me parece importante, porque allá hay un montón de bolivianos que tiran el desecho de la frutilla cerca de mi casa y no puedo tomar sol porque se llena de moscas’. Entonces, ella entendía que el problema del medio ambiente era eliminar a los bolivianos.
- ¿Cuál es el Tucumán que usted quiere?
- Para nosotros hay dos Tucumán: el Tucumán que trabaja y el Tucumán que vive de los que trabajan. El Tucumán que trabaja quiere tener un trabajo digno, vacaciones. Hay que terminar con el trabajo precarizado. El otro Tucumán vive del trabajo ajeno.