Mientras unos dormían, otros se embarraban. A la misma hora (8.30), las cosas eran distintas en dos colegios de Yerba Buena afectados a la jornada electoral. Alrededor de la primaria del colegio San Patricio -ubicado en la avenida Aconquija- sobraba lugar para estacionar los vehículos. Frente a la escuela Justiniano Frías Silva -en San José-, en cambio, había que bajarse a dos cuadras de distancia, y caminar por entre el barro y el agua para llegar, pues a esa hora llovía a cantaros en el distrito pedemontano. Autoridades de mesa del San Patricio confirmaron que el primer elector en ingresar al edificio del nivel inicial lo hizo a las 8.15. Un cuarto de hora después, los pasillos continuaban desolados. En San José, hasta el quiosco de golosinas de la escuela estaba abierto.
Tarde para el almuerzo
Los que votaron temprano, ni esperaron. Quienes lo hicieron al mediodía tuvieron que volver a calentar la comida. Es que la mayoría de los centros de votación de Yerba Buena se poblaron de electores pasadas las 12. En la escuela de Comercio Miguel Lillo, por ejemplo, había más de 20 personas en cada fila.
La mayoría de los parabrisas decían “TOLE2”
Aparentemente, el todavía intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, se convirtió durante la jornada de ayer en el señor de las calles. Desde que comenzó y hasta que acabó el proceso electoral, circularon decenas (¿y tal vez cientos?) de vehículos que llevaban en el parabrisas un cartel en el que se podía leer “Tole2”. En su mayoría, también tenían inscripto el nombre de Sisto Terán, el legislador peronista que busca suceder a Toledo en su cargo. Los vehículos se encargaron de recorrer las barriadas, para llevar votantes a las escuelas.
Con lluvia y sin boletas
Pasado el mediodía, los referentes yerbabuenenses de los diferentes partidos comenzaron a denunciar el faltante de boletas. De hecho, en varios centros de votación debieron suspender las elecciones momentáneamente, por falta de votos. La lluvia también complicó el proceso. A las 16.30, se desató una fuerte tormenta. Así que quiénes habían esperado hasta última hora para votar, debieron salir bajo el agua, pues siguió lloviendo con intensidad.