Adolfo Pérez Esquivel aseguró ayer que sería “importante para la humanidad” que le otorguen el Premio Nobel de la Paz al papa Francisco, quien por tercer año consecutivo integra la lista final de nominados para ese mérito que otorga el Instituto Nobel de Oslo.
Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980, afirmó que el pontífice argentino “ha hecho una contribución a la paz, no sólo en Medio Oriente, sino en América Latina, con el acercamiento de los pueblos”.
“En este momento en que el mundo necesita voces creíbles que puedan ayudar, sería interesante que se lo otorguen. Sería importante para la humanidad que necesita estas voces proféticas, serenas, para construir la paz”, sostuvo. En declaraciones a radio La Red, el activista argentino aclaró que el Papa “no necesita el premio”, pero consideró que “sería bueno” que sea escuchado por “aquellos que tienen decisión política en un mundo angustiado por muchos conflictos”.
Al ser consultado si Jorge Bergoglio cambió su forma de actuar tras su elección pontificia, Pérez Esquivel afirmó que el ex arzobispo de Buenos Aires “siempre se preocupó por los pobres”, aunque “tuvo un perfil bajo”.
Francisco figura entre los 20 candidatos que quedaron de las 276 nominaciones iniciales al Premio Nobel de la Paz, e integra por tercer año consecutivo la lista final de postulantes, confirmaron ayer fuentes del Instituto Nobel de Oslo.
El pontífice argentino fue propuesto por organizaciones nacionales e internacionales, sobre todo por tender puentes de diálogo entre Estados Unidos y Cuba para que puedan restablecer relaciones diplomáticas tras más de 50 años de bloqueo norteamericano y tensiones. El Instituto redujo la lista a 20 nombres y el ganador será anunciado el 9 de octubre, aunque recién dos meses después está prevista la ceremonia de entrega en Noruega. Fuentes del organismo recordaron que los nombres de los candidatos se mantienen en reserva, pero dejaron trascender que el papa Francisco es uno de los que “continúan en carrera” para el Nobel de la Paz.
El premio se atribuye a “la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz”, y desde que fue instituido por Alfred Nobel en 1895 ningún Papa se adjudicó la distinción. En 1936, el diplomático y jurisconsulto Carlos Saavedra Lamas se erigió en el primer argentino y latinoamericano en obtener la distinción, por su labor de mediación en el conflicto entre Paraguay y Bolivia por el control del Chaco boreal.