Poca gente. La frase se repetía, vacía como el eco, dentro de cada grupo de manifestantes que se habían llegado a la plaza Independencia para participar de la quinta marcha en reclamo de transparencia electoral. En efecto, la plaza no mostraba la masiva concentración de las movilizaciones precedentes. Los que estaban, sin embargo, le ponían garra: cantaban más fuertes los mismos cánticos que habían sonado durante la semana; en especial, en contra del gobernador, José Alperovich, y del candidato a sucederlo, por el oficialismo, Juan Manzur. Soplaban con más energía los silbatos, y golpeaban más fuerte las cacerolas.
Otra vez no hubo vallado, ni policías que custodien la explanada de la Casa de Gobierno. El sitio, entonces, fue copado por personas que flameaban banderas rojiblancas, con la leyenda “Cano-Mendía”, en alusión al candidato a gobernador por el Acuerdo para el Bicentenario, el diputado José Cano, y al referente de la Unión Cívica Radical, Jorge Mendía. También habían pegado en una de las columnas de la Casa de Gobierno un gran afiche de los que muestran el rostro de Cano.
En la plaza, también estaban militantes del Partido Obrero. Estos se ubicaron junto al acampe que dispusieron para reclamar la libertad del dirigente José Kobak -detenido en la madrugada del lunes cuando, según afirman sus compañeros, denunciaba el fraude y el robo de urnas en Los Ralos-. Un poco más adelante se veían banderas del Partido Comunista Revolucionario. Pero la mayoría de la gente se manifestaba sin banderas políticas, o con la enseña nacional.
Poca gente. Insistían cada tanto. Pero todos prometían militar para que en la próxima -suele convocarse durante el día, mediante las redes sociales- regrese la masividad de las anteriores.