Alrededor de la mesa, los jóvenes tipean, subrayan, comparan y revisan las redes sociales. Entre las notebooks, que cada uno trajo de su casa, hay una caja que dice “planillas con fraude”. Hay al menos una decena más de cajas similares en una oficina contigua. Un grupo de voluntarios trabaja desde el lunes recibiendo denuncias de posibles irregularidades en las elecciones. Los teléfonos, visitas y contactos por Facebook (Tucumán Tuvotovale) no cesan: fiscales y votantes de diversas fuerzas se acercan para advertir, principalmente, sobre incongruencias entre los números de las planillas de fiscales y los telegramas publicados por el Correo. El Instituto de Políticas Públicas (IPP), organismo del radical Acuerdo Cívico y Social, les prestó su sede de Corrientes 380. En ese lugar, los dirigentes de la UCR Jorge Mendía y Ricardo Ascárate colaboran con ellos acercándoles documentación de fiscales o derivando las denuncias, dependiendo de la gravedad.
Uno de los últimos casos en llegar a manos de los “fiscalizadores” fue el de Julieta Robles, una chica de la Banda del Río Salí que, junto a cuatro miembros de su familia, votó en la mesa 2.516 de la escuela de Comercio. “Votamos a José Cano en la misma mesa y (en el informe del Correo) sólo figura un voto. Mínimo debería tener cuatro”, menciona en la cuenta de la red social. Ana Colombres, una de las voluntarias, exhibe las diferencias: “los fiscales del Acuerdo para el Bicentenario (ApB) y del PRO registraron 114 votos del ApB en esa urna. En el telegrama, en cambio, figura un solo voto. Pudimos saber porque la chica hizo un print de pantalla, porque ahora esa mesa aparece como ‘inexistente’ en el sistema”. La abogada muestra otro caso, que perjudicaría al Frente para la Victoria (FpV). “Tenemos de muchos partidos. Es de la mesa 2.426 (Alderetes). En el certificado de escrutinio para fiscales, hay 148 votos para el FpV y 122 para el ApB. En el del Correo, sólo tres para el FpV y 14 para el ApB”. “Cerca del Bicentenario, ya no buscamos liberarnos del yugo de España, sino del de la corrupción. El derecho más importante del ciudadano es el voto. Pero vemos que el mecanismo electoral está adulterando la voluntad”, lamentó Liliana Aráoz, que va y viene con planillas.
Mendía resaltó el trabajo de los voluntarios: “me sorprenden. Están defendiendo algo tan importante como hacer valer el voto. Es muy satisfactorio y por eso nos pusimos a trabajar a la par de ellos”. Ascárate, por su parte, agradeció la tarea porque “develó el doble o triple” de casos que ellos ya tenían. “El IPP hará el ‘Nunca más’ del fraude Electoral en base a esta experiencia”, adelantó.
El dirigente explicó que la madrugada de la elección detectó los primeros “errores” (“errores pueden ser dos o tres casos. Aquí hay una intencionalidad”, dice). “Saltó por el sistema de semáforos. Los fiscales nuestros firmaban con lapiceras rojas (canistas) o verdes (amayistas). Cuando veía fichas con firmas de otros colores, anotábamos el número de mesa y sí, había incongruencias”, detalló. “Detectamos tres tipos de truchadas: la ‘transferencia’, cuando adjudicaban el número de votos nuestros a candidatos como Parajón o Cirnigliaro; el ‘subibaja’, cuando restaban una cantidad de sufragios y la suman al oficialismo y la ‘desaparición’, cuando nos anotaron cero votos”, explicó.