Los años no le quitan actitud a los Massacre y, con su último disco, mantienen bien encendida la llama del (post) punk. Como novedad, entre riffs y sintetizadores, se escucha a Wallas haciendo evocaciones a la religión y hablando de extraterrestres. Aunque no llegue a ser un disco conceptual, esos dos temas recurrentes forman, precisamente, una “Biblia Ovni”.
“Niña Dios” es el primer single, pero no el único que candidatea al hit. “La nave” es tan pegadizo como para encontrar a cualquier desprevenido surfeando el estribillo. “Mi amiga soledad” invita al pogo. Claro, cuando se escucha a Massacre el pogo es una necesidad.
En otro plano se encuentra “Domador de jaguares”, homenaje al guitarrista de los Smiths, Johnny Marr. Allí también se hace mención al cantante de Joy Divison, Ian Curtis, dos grandes íconos del post-punk e influencias de la banda bonaerense. En la despedida suena “Feliz noviembre”, obligada referencia al 15 de noviembre de 2014, día en que Massacre tocó con Utopians. “Mientras pienso si esto lo soñé, nuestra siembra comienza a florecer”, canta Wallas, mientras la suya disfruta su condición de banda under más mainstream del país. Con todo derecho.