LA RIOJA.- Al sur de la capital riojana, en el Corredor de los Llanos, se encuentra la Ruta de los Caudillos, un itinerario de incalculable valor histórico y natural que recorre pueblos, valles y quebradas, y que tiene al cóndor -ave emblemática de los Andes- como su atractivo principal.
La Ruta de los Caudillos comienza en el departamento Independencia, cuya cabecera es Patquia -que significa cruce de caminos, en quechua-, y comprende también los departamentos de Facundo Quiroga, Rosario Vera Peñaloza, Ángel Vicente Peñaloza, Chamical, General Belgrano, General Ocampo y General San Martín.
Desde Patquia se puede ir bajando hasta llegar a la ciudad de Tama, cabecera del departamento de Ángel Peñaloza, a 140 kilómetros de la ciudad de La Rioja, donde se puede visitar el Museo Federal y la iglesia principal que data de mediados del 1700.
Después se continúa hacia el Paraje Pacatala, a 40 kilómetros de Tama, y se sigue hacia la Quebrada de los Cóndores que está ubicada en la Sierra de los Quinteros, uno de los principales sitios turísticos de la provincia.
Unos 2 kilómetros antes de llegar a la Quebrada, la Posta Los Cóndores es el lugar ideal para pernoctar en alguna de sus cinco cabañas, degustar la típica gastronomía riojana, realizar caminatas a la vera del arroyo, practicar trekking o cabalgatas.
"A partir de julio de 2000 comenzamos con la idea de hacer turismo. Tenemos el río Santa Cruz, que pasa a metros de la hostería y que tiene una cascada; 1.200 hectáreas de acá al mirador de la Quebrada; una gastronomía muy típica y la tranquilidad de este paisaje espectacular", dijo a Télam Juan de la Vega, dueño de la hostería y director de Turismo del departamento Ángel Vicente Peñaloza.
Uno de los atractivos extraordinarios que tiene la hosteria es la posibilidad de observar a pocos metros dos cóndores en cautiverio: una hembra, Ona, y un macho Olta, ambos con el ala izquierda amputada.
"El macho fue baleado por un hombre que lo tenía en su casa, en 2005 se lo incautó y se lo llevó a Buenos Aires para su recuperación y nos lo trajeron al año siguiente. En 2009 trajeron a Ona desde Ushuaia, también con el ala amputada", explicó de la Vega.
Desde ese año y hasta la actualidad, la pareja de cóndores tuvo cinco pichones: Patria, Arco Iris, Quimay y Cuy, todos nacidos en cautiverio y liberados en las Sierras Grandes de Río Negro.
"Trabajamos en ese sentido con la Fundación Bio Andina que tiene un programa de conservación del cóndor andino. Ellos les colocan un chip y los chequean todo el tiempo", explicó.
Para visitar el Mirador de los Cóndores, se ofrece un circuito largo (5 Km), que sale desde la hostería y que dura unas dos horas y media de ida y otro tanto de vuelta, hasta llegar al mirador o balcón, desde donde se observa todo el llano del Chamical.
También hay un circuito corto (2 Km), que parte desde la punta de la sierra con una caminata de unos 40 minutos hasta la huerta Las Higueras, y de ahí hasta el Balcón de las Higueras, desde donde se observa el dique y el llano de Olta.
"La Quebrada de los Cóndores es única porque tiene el avistaje por encima de los dormideros. Acá se puede ver a los cóndores andinos -que tienen 3 metros de envergadura con sus alas desplegadas- volar a tres o cuatro metros sobre nuestras cabezas, o a mayor altura", precisó de la Vega.
"Estos miradores están considerados como los mejores del mundo para el avistaje, según un relevamiento que hizo el Ministerio de Turismo Nacional y el Consejo Federal de Inversiones", agregó.
La Quebrada, que puede ser visitada todo el año, "tiene un temperatura promedio de 10° en invierno, y la época ideal para visitarla es de octubre a marzo", remarcó el director de Turismo de Peñaloza.
"Tenemos un clima de montaña a 1.000 metros sobre el nivel del mar que es muy bueno para quienes nos visiten. Semana Santa y los fines de semana largo tenemos mucho turismo, grupos que hacen caminatas o realizan alguno de los dos circuitos hasta los miradores. El circuito largo también se puede hacer a caballo hasta unos pocos kilómetros del balcón", aclaró.
Además de la sensación extraordinaria de estar en contacto directo con estas aves emblemáticas contemplando un paisaje inigualable, la Posta de los Cóndores -con sus 7 habitaciones y 1 cabaña- puede ser el punto de partida para diagramar las visitas a las diversas localidades de la Ruta de los Caudillos:
Huaja, donde nació el Chacho Peñaloza; Atiles, lugar de nacimiento de la primera maestra argentina, Rosa Vera Peñaloza; Los Colorados, con la Cueva del Chacho, en la que dicen que se ocultó el caudillo; San Antonio, localidad donde nació Facundo Quiroga; Chepes, con el museo de los caudillos, donde se exhibe el uniforme de gala del Chacho; y Malanzán, donde está el solar en el que vivió Facundo Quiroga.
También integran esta Ruta de los Caudillos el Parque Natural Provincial Guamasayo, de casi 70.000 hectáreas y cuya formación es anterior a Talampaya; el dique y la localidad de Olta; y Loma Blanca, donde mataron al Chacho Peñaloza, que hoy cuenta con una réplica de su casa. (Télam)