La fiebre mundialista se llevó como río de montaña la polémica desatada en torno a la confección de la lista del plantel definitivo, y que tuvo a Manuel Carizza como protagonista principal. Aunque no fue el único, ya que también se sumó a la discusión Benjamín Urdapilleta, apertura del Oyonnax francés, quien por medio de tuits sarcásticos reclamó que nunca lo tuvieran en cuenta y que se haya dejado fuera de la nómina a Gonzalo Camacho. Quien recogió todos los guantes no fue Daniel Hourcade, ya que prefirió abstraerse del tema, sino su mánager deportivo, “El Cheto” José Santamarina, quien devolvió golpe por golpe.
“La verdad, no me afectó. Las polémicas en general las generan los medios, y yo en ese juego no entro. A mí me preocupa el jugador, o mejor dicho la persona. El caso de Carizza fue confuso, pero se dio porque él no quiso ir al partido en Vélez, donde yo iba a dar la lista. Creo que estaba dolido por haber quedado afuera y por eso dijo cosas que no eran ciertas. Pero no pasa nada. Nosotros tratamos de ser lo más claros y transparentes posible; a veces cometemos errores, lógicamente, pero nunca haríamos algo que afecte la persona”, asegura Hourcade.
Y es que a él, que cada vez que puede pega la vuelta a Tucumán para bajar revoluciones, no le caben esos merengues mediáticos, y reconoce que extraña un poco esa época cuando los flashes no lo buscaban tanto.
“Cuando uno logra algo en la vida, lo que sea, generalmente tiene que pagar un costo, material o no -apunta Hourcade-. No tengas dudas de que prefiero el bajo perfil, pero en esta función es difícil. El sueño mi vida fue entrenar a Los Pumas. Y si estar expuesto es el costo... no me hace ni cosquillas. Además, siempre trato de ser lo más claro posible: digo y hago lo que pretendo hacer. Como no tengo nada que ocultar, estar tan expuesto no es en realidad un problema”.