Al momento de hacer el análisis premundialista de cada uno de los rivales que le tocaron en suerte a Argentina, todos coincidieron en que uno de los factores de peligro de Georgia, a la par de su predilección por el contacto, es que la mayoría de sus jugadores militan en el rugby de Francia, varios de ellos en el Top 14, la máxima categoría. Entre ellos, el capitán y figura Mamuka Gorgodze, compañero de Juan Martín Fernández Lobbe en Toulon. También compartió vestuario en esta temporada con Juan Martín Hernández y con el tucumano Nicolás Sánchez. “Con Mamuka jugamos juntos esos seis meses en los que estuve en el club. Cuando lo vea en la cancha lo voy a saludar”, recordó Sánchez. “Es tranquilo el ‘Flaco’, pero fuera de la cancha. Adentro es muy picante”. Así describió a “Godzilla”.
En efecto, 18 de los 31 georgianos mundialistas son profesionales en el país galo, varios de ellos en el Pro D2, la segunda división, que varios tucumanos conocen bien. Por ejemplo, los ex “Uni” Javier Rojas y Ariel Castellina, hoy en Albi y Colomiers, respectivamente.
“Sí, acá hay muchos pilares georgianos. Son agresivos y muy buenos en el scrum”, corrobora desde Francia el ex Lince Damián Arias, quien lleva cuatro temporadas en el Pro D2, primero en Dax y ahora en Montauban, y por ello se ha cruzado con varios “Lelos” en el camino. “Georgia, más que físico, es un equipo agresivo. Pero creo que los Pumas son muy superiores”, confía Arias.
También puede dar fe de ello Gabriel Ascárate, quien se inició en el rugby profesional en Carcassonne, y fue titular en el último duelo ante Georgia, 29-18 en 2013, en San Juan. “Se caracterizan por un juego muy duro de forwards y con buen scrum. Son jugadores físicamente muy duros y tienen un líder como Mamuka Gorgodze, que es un animal y el que pone adelante el equipo. Igual, creo que si los Pumas respetan el sistema de juego que vienen haciendo, no van a tener problemas. Pero antes de eso van a tener que hacerse fuertes en el mano a mano”, analizó Ascárate.