Por su mensaje de superación, esfuerzo y trabajo en conjunto para alcanzar objetivos, se habla del rugby como una escuela que enseña a vivir. Sobre ese concepto se apoyó la charla que Manuel Contepomi brindó ayer en el hotel Hilton, donde se presentó el desembarco del portal de empleos “Bumeran” en Tucumán. En tiempos de plena efervescencia mundialista, el ex centro de Los Pumas dialogó con LG Deportiva y dio su visión acerca de las posibilidades del equipo conducido por Daniel Hourcade y de la evolución del rugby argentino en general, entre otros temas.
- Hasta acá, ¿qué sensación te va dejando este Mundial?
- En general es muy bueno, con equipos que van mostrando su candidatura. Argentina es uno de ellos, sin duda. Está haciendo un Mundial acorde a lo que todos esperábamos, aunque recién van dos fechas. Todavía falta lo más exigente, pero ya es un equipo que le juega de igual a igual a los mejores del mundo.
- Vos que jugaste tres Mundiales, ¿cómo se los vive desde adentro, como jugador?
- Un Mundial es el punto cúlmine de cuatro años de trabajo. En el fondo se trata de la misma responsabilidad de vestir la camiseta argentina, pero con el contexto de un evento que resulta histórico en cualquier deporte. En el caso del rugby, los que jugamos un Mundial los vivimos de esa manera. Es una competencia única, por muchos motivos. La organización, los viajes, la duración, etcétera. Sin contar la etapa de preparación, con el equipo pasás un mes, o mes y medio si llegás a la final. Jugar un Mundial es muy lindo y también muy divertido, sobre todo para los más jóvenes.
- Inglaterra corre riesgo de quedarse afuera en primera fase. ¿Te lo esperabas?
- Era y es una posibilidad en un grupo tan difícil como el que le tocó, con Gales, Australia y también Fiji, que sabe molestar. Igual, todavía puede zafar. Tiene con qué ganarle a Australia. Pero contra Gales era una final y la perdió.
- Volviendo a Los Pumas, ¿qué es lo que más te gusta de este equipo?
- Su propuesta de juego, que es a la que te va llevando el rugby moderno. Eso de jugar la pelota, de cuidarla, de tratar de generar espacios con la posesión, y de mantenerse fuerte en sus formaciones fijas, que es una de las fortalezas que siempre tuvo el rugby argentino, sobre todo en el scrum. Fijate que cuando el equipo logra plasmar el juego que pretende, como pasó en el segundo tiempo contra Georgia, es algo lindo de ver.
- ¿Te parece que esta generación se puede parecer o igualar a la que ganó el bronce en 2007?
- Creo que esta generación puede superar la de 2007. El tema de las zonas es aleatorio: te puede tocar una más fácil o más difícil, pero a los partidos hay que jugarlos, y tarde o temprano te vas a encontrar con los mejores. Yo no me quedaría en eso. De lo que sí estoy convencido es de que esta generación está mucho más preparada que la nuestra. Primero, porque se ha acostumbrado a jugar todos los años contra los mejores del mundo, algo que con la nuestra pasaba muy de vez en cuando. Y también tiene que ver la preparación física y técnica, que hoy es mucho más minuciosa. Antes era al tun tun y que cada uno “haga lo que pueda”. Hoy ves cómo estos chicos pasan la pelota, como ruckean...pocos tenían ese nivel de destrezas en nuestra época. Sin dudas, el gap (brecha) entre Los Pumas y las potencias se ha achicado. Ojalá ya no hablemos de batacazo cuando se le gane a una potencia.
- ¿A quién preferís en un eventual choque de cuartos de final?
- Los dos son difíciles. Tanto Irlanda como Francia van a hacer lo posible para ganar el grupo y así evitar a los All Blacks en cuartos. Si tengo que arriesgar posibilidades, te diría un 50 y 50, porque si bien a Irlanda lo veo un poquito mejor, Francia tiene esa cosa de iluminarse en los Mundiales.
- ¿Cómo lo ves a Felipe para head coach de la franquicia argentina en el Súper Rugby?
- Todavía no se confirmó, pero a él le gusta mucho entrenar. Tal vez no tiene mucha experiencia, aunque estuvo a cargo de Argentina A este año. Y por comentarios de los chicos, sé que tiene mucha llegada. Además, estuvo bajo las órdenes de grandes entrenadores, como Michael Cheika y Declan Kidney, de los cuales aprendió mucho. Por supuesto, soy su hermano y tal vez puedo ser subjetivo, pero sacándome ese sentimiento de hermandad, creo que es un tipo muy capacitado para tomar la franquicia argentina.