No reniega de la militancia del artista; por el contrario, considera que está muy bien que este exprese su opinión. Pero sí advierte que una cosa es coincidir con una forma de ver el mundo y otra, muy distinta, es resignar el pensamiento crítico -característico del intelectual- y pasar a ser una herramienta de propaganda de un partido político. El ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Hernán Lombardi, visitó Tucumán para presentar los planes federales de cultura y de turismo, que prevén implementar desde el Gobierno nacional en caso de que el jefe de la CABA, Mauricio Macri, alcance la Presidencia.
En la ocasión, dialogó con LA GACETA. En especial, subrayó que el programa del PRO apunta a erradicar el pensamiento único en cultura que, a su criterio, se consolidó durante el kirchnerismo. “El ámbito de la cultura es tan delicado, tan sutil, que interferirlo con las ideologías suele ser el inicio de la catástrofe. Debemos apostar a algo mejor de la política y de la condición humana; no a la utilización burda del arte y de la cultura”, manifestó.
- ¿En qué consiste el plan?
- Básicamente, apuntamos a la estimulación de los artistas, y a la accesibilidad de los sectores más desfavorecidos a los bienes culturales. Esto es central, porque la cultura genera ciudadanos libres. Al pensamiento único que se intentó institucionalizar en esta década le opondremos la diversidad: que florezcan los que piensan parecido y los que piensan diferente. Un eje del plan pasa por la necesidad de construir alternativas desde el arte, desde la cultura y desde el pensamiento, que generen una opción a este pensamiento único que tanto mal nos hizo. Esto, dentro del eje general de (la coalición) “Cambiemos”, que es volver a unir a los argentinos, en todos los ámbitos. Consideramos lo cultural como herramienta central para esto.
- Se dice que el kirchnerismo cooptó referentes de la cultura. ¿Cómo ve esta política?
- En la CABA trabajan artistas que no tienen afinidad política, artistas que tienen afinidad política con el Gobierno de la ciudad, y artistas que piensan exactamente lo opuesto. Y yo estoy orgulloso de que el Gobierno de la CABA haya trabajado en el arte público. Por ejemplo, “Fuerza Bruta”, un grupo de artistas que nos criticó duramente, tiene su sede en el centro cultural Recoleta, un lugar de la CABA. Y estamos orgullosos de esto, porque francamente estimulamos la diferencia, amamos la diferencia. Quiero destacar esto y agradecerle a Mauricio por todo lo que pudimos hacer durante estos años en la CABA.
- Se habla del “periodismo militante”; ¿existe el “artista militante”?
- El artista es un ciudadano; por tanto, tiene la libertad de militar o no. Me parece muy bien que expresen sus opiniones. Pero se da una deformación cuando desde el poder del Estado se intenta direccionar esas opiniones; y esto se hizo sistemáticamente. La deformación se da cuando el intelectual -y el artista lo es- resigna su pensamiento crítico. La política cultural que proponemos apunta a la estimulación y al incentivo de ciudadanos con pensamiento crítico, que desarrollen su creatividad al extremo. Por el contrario, durante esta década muchos entregaron su pensamiento crítico en función de banderías políticas.
- ¿En qué hecho se ve eso?
- Que la presidenta (Cristina Fernández) hable 44 veces por cadena nacional merecería la condena de todos, porque está mal: es un intento de hegemonía, utilizando el poder del Estado. Debería ser condenado por los que piensan diferente, pero también por los que piensan parecido. Nadie con un pensamiento autónomo -aun con militancia política, pero autónomo- puede dejar de decir que esto es una barbaridad. A mí me preocupa que (los intelectuales) no salgan a decir “esto está mal”; porque las sociedades crecen cuando nadie resigna su pensamiento crítico. Si alineamos nuestro pensamiento en función de la conveniencia partidaria nos convertimos en difusores de propaganda, no tenemos pensamiento. Los intelectuales kirchneristas muchas veces no han sido pensadores, sino reproductores del discurso único.
- En nueve días se vota, ¿cómo ve el escenario electoral?
- Debemos explicar muy bien este sistema electoral que tenemos los argentinos. Desde la reforma de 1994, la Constitución nacional determina que si un candidato llega al 40% de los votos y le saca 10 puntos al segundo no hay balotaje. Si vemos los números de las PASO, con (Daniel) Scioli con un 38% y Macri con un 32%, estamos ante una elección extremadamente reñida. Si se llega a 10 puntos de diferencia no hay balotaje; y entonces se frustraría el 60% de la gente, que quiere cambiar. Nosotros tenemos las mejores perspectivas para llegar al balotaje; pero -y decirlo en Tucumán parece redundante- habrá que controlar urna por urna.