CARACAS.- La oposición y el Gobierno de Venezuela se trenzaron ayer en mutuas recriminaciones en torno a la muerte a tiros de un dirigente regional opositor, agitando la atmósfera para las elecciones legislativas del 6 de diciembre.
Luis Manuel Díaz, de 44 años y miembro del partido Acción Democrática, fue baleado el miércoles a la noche durante un acto proselitista de la oposición, en el central estado Guárico que era encabezado por Lilian Tintori, esposa del encarcelado líder opositor Leopoldo López.
El Ministerio Público informó que designó a dos fiscales para investigar la muerte de Díaz. “De acuerdo con información preliminar, a las 6:30 de la noche (del miércoles), Díaz recibió un disparo”, dijo la dependencia, que no ofreció otros detalles.
Tintori, ya de regreso en Caracas, acusó directamente al Gobierno del presidente, Nicolás Maduro, y a sus simpatizantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de intentar asesinarla y de la muerte de Díaz. “Sentí que (las balas) me las habían dado a mí. Me quieren matar. Lo denuncio (...) es terrorismo de Estado”, dijo Tintori en conferencia de prensa acompañada de dirigentes de oposición.
La dirigente opositora contó que cuando estaban terminando el acto de campaña, ante unas 3.000 personas, escucharon una ráfaga de 10 tiros y cayó mortalmente herido Díaz, casado y con dos hijas pequeñas.
Casi simultáneamente a las declaraciones de la opositora, Maduro, desde el estado Portuguesa, en el oeste venezolano, rebatió las acusaciones y dijo que las primeras investigaciones sobre la muerte de Díaz apuntaban a un caso de sicariato (actuación de asesinos a sueldo) por un ajuste de cuentas entre bandas “Lo dicho por la oposición “es falso, es una acusación temeraria”, dijo Maduro a la televisora estatal. “Cuando (Henry) Ramos Allup (jefe del opositor partido Acción Democrática) dice que bandas armadas hicieron ese acto, los está acusando a ustedes. Está acusando de asesinato a un pueblo noble”, agregó.
Acción Democrática integra la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La muerte de Díaz elevó la temperatura de una campaña electoral marcada por denuncias, entre las partes, sobre actos violentos, y en la que además, por primera vez, los sondeos señalan que el oficialismo va en desventaja. Díaz es la primera víctima fatal de la violencia en vísperas del 6 de diciembre.
Organismos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la no gubernamental Amnistía Internacional (AI), en diferente tono, solicitaron investigar los hechos. Estados Unidos también condenó el asesinato que, de acuerdo al portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, se trató de un acto de “intimidación” contra los candidatos de la oposición. (Reuters)