Como lo hacía todas las mañanas, una adolescente se dirigía a la parada del colectivo para ir al colegio. Antes de llegar a ese lugar, fue secuestrada por dos hombres que la obligaron a subir a un vehículo donde, supuestamente, la drogaron. Durante las cinco horas que la tuvieron privada de su libertad, abusaron de ella. Luego la abandonaron en una calle cercana al parque 9 de Julio. Por sus propios medios llegó al Centro de Salud donde pidió ser atendida. Desde allí la derivaron al Hospital Padilla, donde se encuentra internada recibiendo asistencia médica y psicológica.

El hecho ocurrió el lunes alrededor de las 7.30 en la calle Alberti, unos metros antes de llegar a la intersección con la avenida Francisco de Aguirre. La joven caminó varios metros cuando escuchó la frenada de un auto cerca suyo. Un hombre la agarró con fuerza y la obligó a ingresar dentro del vehículo. El resto de los recuerdos son confusos para la víctima, por eso sus padres creen que la drogaron.

“Ella no se acuerda de qué auto era. Un testigo comentó que era un taxi de Tafí Viejo. Esa persona los siguió hasta El Colmenar, pero ahí los perdió de vista”, señaló la madre de la víctima desde el Hospital Padilla, donde la joven se encuentra internada desde ese día.

El testigo, que declaró ante la Adriana Gianonni, que investiga el caso, aseguró que se trataba de un Fiat Siena gris, al que siguió varias cuadras (aparentemente en un taxi), pero que finalmente lo perdió en las calles de la vecina localidad. No trascendió si el testigo pudo tomar el dominio del vehículo que habían utilizado los atacantes. Sí informó que por los colores que tenía, era un taxi que presta servicio en Tafí Viejo.

Por Tribunales de la avenida Sarmiento declararon otras personas. No sólo se confirmó la versión del secuestro, sino que habrían aportados algunos datos para que se realizara un retrato hablado de los hombres que abusaron de la joven.

Desesperación

Las cinco horas posteriores al rapto son una nebulosa para la joven, que fue dejada por los secuestradores en una calle cercana al Parque 9 de Julio, alrededor de las 13. En ese momento, la víctima decidió caminar hasta el hospital más cercano, el Centro de Salud. Por la tarde, la derivaron en una ambulancia al Hospital Padilla.

“Nunca pudo pedir ayuda ni contar lo que le había sucedido porque no podía hablar con las personas que se cruzó en la calle, estaba en un estado de shock. Cuando llegó al Centro de Salud, se sentó en las escaleras de la entrada. Ahí una mujer le preguntó si estaba bien, y eso es lo último que recuerda. Después se desmayó”, agregó la madre de la adolescente, con lágrimas en los ojos y a metros de la sala en la que se encuentra internada su hija.

El caso causó consternación en las redes sociales, especialmente en Facebook, a partir del relato de algunos testigos de la escena. Durante la mañana, los grupos se llenaron con pedidos de información sobre el paradero de la joven secuestrada.

Situación traumática

“Ella no quiere que nadie la toque, no quería que la revisen los médicos. Lloró toda la noche y hoy (por ayer) se volvió a despertar llorando. Ahora se durmió, le dieron algo para calmarla, porque tiene muchas crisis nerviosas. Nosotros sabemos que se abusaron de ella”, agregó la madre.

Por el momento, por su estado de crisis, la víctima no pudo dar mayores detalles sobre el ataque, pero se sabe que en el vehículo iban dos hombres, el que manejaba y el que la subió a la fuerza en la calle Alberti.

En el Hospital Padilla no sólo se está tratando médica y psicológicamente a la joven víctima. También se está protegiendo a su familia. Ante la idea de que el agresor pudiera presentarse allí, el coordinador de la seguridad interior del nosocomio les llevó tranquilidad al asegurarles que nadie del exterior va a poder llegar hasta ellos sin su expresa autorización y que en la sala podían sentirse totalmente seguros.

La investigación

Si bien el miedo y el shock por lo acontecido hicieron que la familia no realizara la denuncia en las primeras horas del hecho, finalmente la madre confirmó que su esposo la había presentado.

Mucho tuvo que ver en esto la fiscala Gianonni, quien se presentó en el hospital Padilla para determinar el estado de la víctima. Luego de una larga charla, logró convencerla para que una profesional de la Policía le hiciera un examen médico.

“Entró en razón cuando ella le dijo que ese paso era fundamental para conseguir pruebas en contra de los autores. Además le aclaró que con su aporte otras chicas se salvarían”, contó un allegado de la víctima.

Gianonni, por el estado de shock de la joven, desistió de tomarle declaración para que contara los detalles del ataque y de los atacantes. La entrevista, si es que la chica evoluciona de su cuadro emocional, se desarrollará hoy.

Investigan si los atacantes cometieron un violento robo

La fiscala Adriana Gianonni investiga si los autores de un robo a una empleada doméstica son los mismos que atacaron sexualmente a la joven que se encuentra internada en el hospital Padilla, según confiaron fuentes judiciales.

Una niñera -su nombre se mantiene en reserva- denunció en la Policía que sufrió un robo a dos cuadras del lugar donde secuestraron a la joven también ayer a la mañana.

La víctima declaró que antes de las 7 se dirigía a tomar un colectivo para llegar a su lugar de trabajo. Cuando caminaba, fue interceptada por al menos dos hombres. Ella, al sospechar que se trataba de un atraco, salió corriendo del lugar y arrojó su celular para que la dejaran escapar.

Los asaltantes siguieron a la víctima hasta que le dieron alcance. Allí, a la fuerza, la hicieron subir a un vehículo que era conducido por otra persona, a la que la niñera en su declaración no supo describir como hombre o como mujer.

Una vez en el interior del vehículo, la joven aclaró que, bajo gritos, amenazas y golpes, le sacaron una mochila y un par de zapatillas. Luego la abandonaron descalza cerca del lugar donde la secuestraron. Confirmó en su declaración que los hombres ni siquiera intentaron abusar de ella.

Algunas coincidencias

A la fiscala le llaman la atención algunas coincidencias entre ambos casos. El lugar, la hora y el color del automóvil. Por desconocimiento, la niñera no pudo precisar el modelo, según confiaron fuentes judiciales.

Las diferencias radican en la cantidad de personas que actuaron -esta víctima habló de más de dos personas y hasta la posibilidad de que haya participado una mujer- y el tipo de delito que se cometió.

La fiscala Gianonni dio instrucciones a la Policía para que investigue ambos casos y esté atenta a la aparición de nuevas víctimas (ya que sospecha que pueden existir casos en los que hayan estado involucradas esas personas y no fueron denunciados) y de testigos que puedan aportar más datos.

Una zona donde los vecinos están acostumbrados a arrebatos y asaltos

“A tres cuadras de donde se llevaron a mi hija hay un destacamento policial, pero aún así en la zona hay robos todos los días. Es una zona peligrosa porque hay villas cerca. Los ladrones cometen el delito y escapan rápido”, señaló la madre de la joven secuestrada en la calle Alberti a metros de la avenida Francisco de Aguirre y posteriormente abusada.

Los vecinos coinciden con la madre de la víctima al asegurar que la zona, ubicada en la parte norte de la capital tucumana, es muy insegura desde hace algunos años. Ellos creen que los hechos delictivos se dan por estar cerca de barrios peligrosos.

“La zona es tremenda. Hay calles que van directo a ‘La Bombilla’. A veces escuchamos tiros y gritos pero la verdad es que ya no les llevamos el apunte de tantas veces que esto pasa. A mí me robaron tres veces y a mis hijos también les robaron”, explicó María Elena Reina.

La vecina agregó: “hay muchos arrebatos y asaltos. Nunca hay policías. Acá en la puerta muchas veces les pegaron a mujeres para robarles. Lo único que puedo hacer es mirar por la mirilla de la puerta; si salgo me golpean a mí también”.

Dos vías de escape

El hijo de la mujer consultada, Patricio Reina, explicó a LA GACETA, que los delincuentes “tienen dos vías rápidas de escape, que son ‘La Bombilla’ y el canal, que va a Los Pocitos. Si están en motos, también se escapan por la avenida”.

Sin embargo, el secuestro de la joven de 18 años sorprendió a los vecinos. “No escuchamos nada. Es raro porque a esa hora hay mucho movimiento de gente que va a la escuela y a trabajar. Es cierto que en la zona roban mucho, pero jamás había pasado algo así”, señaló María Elena.

Otra vecina muy impresionada con el hecho fue Jesús del Valle Navarro. “Hace poco que vivo en este barrio pero ya sabemos que hay asaltos y robos, sobre todo a la gente que se encuentra en la parada, esperando el colectivo de la Línea 12. Gracias a Dios, jamás me asaltaron a mí ni a ninguno de mi familia pero conocemos los peligros. Generalmente los delitos los cometen adolescentes en moto que utilizan armas de fuego o cuchillos. Pero sí, nos sorprendió el secuestro de la joven. Nunca había sucedido algo así”.