Casi medio año transcurrió desde que el fiscal Diego López Ávila (N°4) pidió a un juez de Instrucción que investigue si el ex gobernador José Alperovich y la ex senadora Beatriz Rojkés cometieron delitos al usar el avión sanitario de la provincia. En ese plazo, ocho magistrados -los cuatro de primera instancia y otros cuatro camaristas- se bajaron de la causa iniciada a instancias de Dardo Caciccio, padre de Morena Guadalupe Caciccio Fernández, bebé fallecida en 2012 por un cuadro fatal de desnutrición.

La mayor parte de los jueces esquivó el caso esgrimiendo controversias o enemistad con Gustavo Morales, abogado del denunciante. Es el supuesto de Juan Francisco Pisa, el juez de Instrucción N°3 que recibió el dictamen de López Ávila. El expediente luego pasó a Víctor Manuel Pérez (N°4) y, de allí, a Mirta Lenis de Vera (N°5), quienes también se apartaron alegando diferencias con Morales. El último juez de Instrucción disponible en la capital, Alejandro Tomás (N°1), rechazó esta sucesión de apartamientos y planteó el conflicto de competencia, según explicó ayer el letrado de Caciccio.

El caso subió entonces a la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción, donde dos tercios de los miembros de ese estrado, Eudoro Albo y Liliana Vitar, también se excusaron. El primero se inhibió por haber sido denunciado por Morales; la segunda, porque su marido, el fiscal Washington Navarro Dávila (N°5) había ordenado el archivo de una causa penal iniciada a propósito de la muerte de Morena Caciccio en junio del año pasado.

Tranquilidad
La situación descrita obligó a integrar la Cámara de Apelaciones, donde sólo quedaba en pie el vocal Enrique Pedicone, con magistrados de la Cámara Penal. Pero los dos que habían salido sorteados, Alfonso Arsenio Zóttoli y Alicia Freidenberg, asimismo se inhibieron. Zóttoli dijo que en su momento había denunciado a Morales ante el Colegio de Abogados de la Capital mientras que Freidenberg recordó que el coimputado (Alperovich) había gobernado la provincia en un período en el que ella había sido sometida a juicio político, destituida y restablecida en el cargo por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Durante ese tiempo ha habido distintos sucesos que han creado en mi persona situaciones, incómodas a veces, que hacen que como jueza no sea subjetivamente indiferente y me impiden intervenir en la presente causa con la tranquilidad que exige mi función”, explicó la camarista.

Situación típica
En el ínterin, el denunciante Caciccio se presentó en la Cámara de Apelaciones para protestar por la dilación indebida y “la falta de valentía institucional” de los jueces. “Exijo con urgencia un pronunciamiento sobre cuál de los juzgados de Instrucción debe intervenir”, manifestó. A posteriori, Pedicone, y los camaristas penales Carlos Caramuti y Marta Graciela Cavallotti constituyeron un tribunal ad hoc al efecto de analizar los argumentos de Zóttoli y de Freidenberg. Esta semana y por unanimidad, ese estrado rechazó las inhibiciones de ambos. Respecto de Zóttoli, dijo que la promoción de una actuación disciplinaria no era argumento suficiente para apartarse del caso. En cuanto a Freidenberg, los jueces Caramuti (preopinante), Cavallotti y Pedicone expresaron que los hechos que citaba no habían sido acreditados ni individualizados ni determinados. “Por ello, no es posible analizar y valorar, en forma objetiva y razonable, la implicancia que estos podrían haber tenido en su fuero íntimo”, acotaron.

El rechazo de las dos inhibiciones es sólo el comienzo de un camino al que todavía le queda un trecho largo por ser desandado. Zóttoli, Freidenberg y Pedicone han de revisar los apartamientos de Vitar y de Albo y, recién entonces, la Cámara de Apelaciones quedará habilitada para resolver la cuestión de competencia suscitada entre los jueces de Instrucción. Si el estrado mantiene su criterio, Pisa quedaría a cargo del expediente que implica al senador Alperovich y a su esposa. Según Caciccio, ambos usaron en forma ilegal el avión sanitario para viajes de placer con sus familiares directos e impidieron los fines nobles para los que este bien está destinado, como el traslado de la bebé Morena al Hospital Italiano. “La denuncia resulta verosímil”, opinó López Ávila antes de girarla al Juzgado N°3 y de que comenzara la seguidilla de inhibiciones típicamente ligadas a las investigaciones jurisdiccionales. Sucede que como Alperovich tiene fueros, sólo un juez puede dirigir la pesquisa.