BRASILIA.- La presidenta, Dilma Rousseff, acusó nuevamente de golpista al vicepresidente, Michel Temer, de quien dijo que intentó vender “terrenos en la Luna” a los brasileños y ofrecer un plan económico para el sector empresario, sin tener en cuenta los planes sociales y la parte más vulnerable de la población.
En diálogo con corresponsales extranjeros y mientras el Senado determinó que la comisión especial que debe analizar el juicio político estará instalada el próximo martes 26, la Presidenta reiteró que, de cualquier forma, “resistirá” el proceso de destitución.
“Hay que entender que este proceso va a traer estabilidad política al país porque rompe la base de la democracia; se trata de un golpe”, afirmó Rousseff, quien culpó a la oposición de no aceptar la derrota ante ella en su reelección de 2014 y a la caída de los precios de las materias primas por el deterioro de la recaudación y la recesión económica.
Señaló que si la crisis económica puede ser motivo de destitución, varios gobernantes de países desarrollados deberían haber sido destituidos a raíz de la crisis en Estados Unidos y Europa.
Sostuvo que no cometió delito de responsabilidad con los decretos para realizar movimientos internos en el Presupuesto de 2015 y fustigó la campaña de Temer, de quien dijo que articuló apoyos en el mundo empresarial para financiar parte de las acciones publicitarias a favor del juicio político, autorizado el domingo por la Cámara de Diputados.
“Los golpistas dicen que mantendrán los programas sociales; nosotros hicimos un ajuste fuerte pero no lo hicimos para cortar el gasto social, sino para preservarlo; yo creo que quienes están golpeando atienden a apenas un lado de la sociedad y están vendiendo terrenos en la Luna”, afirmó la mandataria.
Es una revancha
La jefa del Estado sostuvo que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, decidió su proceso por “venganza” ya que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) se negó a protegerlo en la Comisión de Ética sobre las cuentas secretas que posee en Suiza, en las que habría cobrado sobornos de empresas vinculadas a contratos con la petrolera estatal Petrobras. “Cunha apuesta a ‘cuanto peor, mejor’, tiene antecedentes que no lo abonan como juez sino como reo”, remarcó. Rousseff aseguró que en Brasil hay una “sensación golpista adormecida” que data desde la intentona de 1954, que desembocó en el suicidio del presidente, Getulio Vargas.
Otro Gobierno
En tanto, Temer instaló en su casa de San Pablo su cuartel general para diseñar su potencial Gobierno. En una breve declaración, dijo que esperará en forma “silenciosa y respetuosa” la decisión del Senado para luego pronunciarse. Temer busca respaldos y por eso cenó con el senador Aéio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y derrotado por Rousseff en 2014, quien dijo que tiene un plan de emergencia de gobierno si Dilma es suspendida.
Neves comenzó a reclamar al presidente del Senado, Renán Calheiros, que el PSDB pueda presidir la Comisión de Juicio Político que será montada el próximo martes en la Cámara Alta.
Calheiros pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Cunha y de Temer, pero, a diferencia de éstos, mantiene posiciones más cercanas a Rousseff y a Lula, fundador y líder del PT.
Calheiros recibió el expediente y comenzó el proceso de elección de los 21 miembros de la comisión. El sitio judicial “Jota” estimó que, de acuerdo al cronograma acelerado que la oposición logrará imprimir a los trabajos, de martes a jueves, habrá votación en comisión el 10 de mayo y en el plenario el día 17. Si la mitad más uno de los 81 senadores aprueba el informe de la comisión sobre la acusación, Rousseff deberá alejarse 180 días del cargo para que asuma Temer en forma interina, hasta que el plenario de la Cámara Alta vote el veredicto, que si es de destitución deberá tener dos tercios de los sufragios. (Télam)