Los espejos ofrecen un mundo de posibilidades en cuanto a forma, tamaño, color y aspecto, generando sensaciones de amplitud, de luminosidad, de profundidad o de continuidad. A continuación detallamos algunas de las opciones más habituales para decorar, según un estudio realizado por el sitio especializado “Decofilia”.

Muros espejados

Los espejos nos permiten revestir todo tipo de superficies planas, desde  pilares y tabiques hasta frentes de cocinas y baños, pasando por muros enteros o paredes parciales. De esta forma aportamos mucha luminosidad al espacio y se aconseja no emplear espejos lisos de grandes tamaños sino utilizar algo de originalidad con azulejos de espejos, particiones geométricas o realizando cuadrículas con junquillos.

Los Grandes Formatos

Es la opción más estética a la hora de decorar con espejos. Ya sea apoyándolos sobre el suelo o colgados a lo largo de una pared, este tipo de espejo aportan presencia y elegancia a cualquier ambiente.


Detras del Sofa

Los espejos pueden ser un aliado perfecto para decorar la pared en la que apoya el sofá. Se puede optar por un gran espejo, un juego de dos o crear una cuadrícula con múltiples de ellos.

Espejos cabecero

Redondos, rectangulares, cuadrados, enmarcando la pared. Distintas opciones distintas y curiosas para vestir de forma original el cabecero de cama y darle un toque especial a la decoración del dormitorio.

Decorando la entrada

Otro de los sitios más clásicos para colocar un espejo es justo a la entrada. Tanto para darnos el último retoque antes de salir de casa como para dar la bienvenida a cualquiera que entra, la colocación de espejo sobre una consola o en el rellano de la entrada es el perfecto complemento para darnos la bienvenida en todos los estilos, desde el clásico renovado hasta el escandinavo.

En la cocina

Los espejos suelen ser menos habituales que en otras zonas de la casa. Sin embargo, quedan espectaculares en el frontal de la zona de cocción o como material de revestimiento para puertas e islas.