El proyecto de escolarizar a los niños de tres años de manera obligatoria levantó una ola de críticas y dejó un manto de dudas. A la iniciativa del gobierno nacional que ya está en la Cámara Baja, varias voces que provienen de la educación privada y de organizaciones independientes presentaron objeciones. Una de ellas es la del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) que advirtió que la obligatoriedad no resolverá el problema que se quiere combatir, que es la inclusión social.
Invitadas a exponer sus puntos de vista en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, la directora del Programa de Protección Social de CIPPEC, Gala Díaz Langou, y la co-directora del Programa de Educación de esa ONG, Alejandra Cardini, plantearon varios dilemas que implican la escolarización obligatoria de los niños de tres años. En principio,“no existe evidencia contundente sobre la deseabilidad de institucionalizar a los niños en el marco educativo desde una edad tan temprana”, afirmó Díaz Langou. Destacó que la experiencia internacional es escasa: solo México, Perú y Venezuela tienen sala de 3 obligatoria, pero que países como Finlandia, Suecia, Canadá y Escocia establecen la obligatoriedad recién a partir de los 6 años y algunos desde los 7.
En ese sentido, Díaz Langou prefiere hablar de “universalidad, ya que a diferencia de la obligatoriedad, deja margen de discreción para que las familias opten si desean o no enviar a los niños de tres años a los jardines”, explicó.
Por su lado Cardini aclaró que “la obligatoriedad en sí misma no garantiza el acceso de los niños al nivel”. Para ejemplificarlo, remarcó que “aún persisten brechas de acceso y cobertura a nivel regional y provincial en los niveles obligatorios”.
Díaz Langou advirtió además que el proyecto de ley no contempla el costo fiscal de la medida. “Alcanzar la universalidad para 2019 en la sala de 3 años implica incorporar a 392.446 niños, construir 3.109 unidades educativas promedio con 15.624 secciones y designar a 27.982 docentes y a 6.218 directivos. Entre 2016 y 2019 implicaría una inversión total de 39.277 millones de pesos”, aseveró.
Cardini, por su parte, contempló que esto requeriría “de un crecimiento promedio de la tasa de escolarización de 14,5 puntos porcentuales por año, mientras que la sala de 4 años (la sala con la expansión más veloz en la última década) se expandió a un ritmo promedio de 2,7 puntos porcentuales por año entre 2003 y 2014”. Si se aplicara esa tasa de expansión de la matrícula a la sala de 3, recién se alcanzaría la universalidad en el año 2032.
La voz oficial
“En todo el país hay una demanda insatisfecha de 500.000 vacantes para ingresar en la sala de tres años”, calculó Diego Marías, jefe de gabinete del Ministerio de Educación de la Nación, en una entrevista publicada por el diario La Nación. En tanto que los chicos de esa edad que ya están escolarizados son 282.375, según datos oficiales de 2015. Esto hace pensar en la necesidad de universalizar la sala de tres años.
Las inversiones según el gobierno nacional ya están previstas. Se estima que con $ 3.600 millones, se podrán construir unos 1.000 jardines de infantes nuevos en todo el país y ampliar la infraestructura de otros 2.000 que ya funcionan. Para 2017, el presupuesto será de $ 5600 millones y ya están en construcción las primeras 220 escuelas, según la misma fuente.
Colegios privados
El Consudec propone ayudar a las familias en riesgo pero sin generalizar las medidas
“La decisión política de determinar la obligatoriedad de la sala de tres años traslada a la escuela una función social que puede ser adecuada en los sectores vulnerables y en las familias en riesgo, pero que no garantiza el adecuado desarrollo de las potencialidades del niño”, advierte el presidente del Consejo de Educación Católica (Consudec), Guillermo Di Lella. Pero entiende que “no se puede desconocer la terrible problemática social que hoy existe”, por lo tanto sugiere que “la medida sea optativa, en especial donde los males sociales son grandes y no garantizan al niño un desarrollo armónico”. “Los padres son los primeros referentes y responsables de la formación de sus hijos, no solo por el resguardo afectivo, sino también por la adecuada socialización de los niños en lo referente al desarrollo de hábitos y virtudes. Para una auténtica inclusión social, lo deseable sería fortalecer y ayudar a las familias en riesgo”, opina.
Arzobispo de Tucumán
“El jardín de tres años No debería ser obligatorio sino optativo”
“En sectores vulnerables abrir salas para niños de tres años puede ayudar a superar déficits de las familias. Pero no se debe olvidar que es la familia la que desarrolla hábitos y actitudes propias de la persona. Por eso sugerimos que se respete la libre elección de los padres respecto a iniciar o no a sus hijos en el sistema educativo a tan temprana edad”, dice el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca. El prelado señala que si bien el modelo de instituciones educativas para la primera infancia no es algo nuevo, antes de plantearlo en términos de obligatoriedad debe tenerse en cuenta el desarrollo psicológico y la necesidad de contención familiar de un niño de esa edad. “No se puede soslayar que los padres son los modelos, los primeros educadores, los responsables y los naturales referentes de un niño de tres años”, advierte, sin dejar de valorar los objetivos de la propuesta oficial.
Mirada desde la Nación
El jardín de tres permitirá visibilizar los problemas sociales para poder solucionarlos
“El objetivo del gobierno nacional es garantizar el derecho a la educación inicial, creando la infraestructura necesaria que posibilite la inserción de los niños de tres años al jardín de infantes. Este espacio permitirá el trabajo intersectorial entre salud, educación y desarrollo social. Así se podrán detectar problemáticas de distintas índole que se puedan atender o solucionar a tiempo. En especial, para los sectores más vulnerables, posibilitará el acceso de los niños a un ámbito que estimule su desarrollo”, afirma la ex ministra de Educación de Tucumán y actual directora Nacional de Formación Docente Inicial, Susana Montaldo. “Tanto desde las neurociencias como desde distintas perspectivas pedagógicas se indica la importancia de la estimulación temprana y de la socialización en los primeros años de edad. En este nivel, el juego es el eje a partir del cual se organiza la tarea y el despliegue de las capacidades motrices, cognitivas, emocionales, actitudinales”, explica.
Opinión desde una ONG
Deben adoptarse un conjunto de medidas para lograr una verdadera contención escolar
“En principio, una inserción escolar más temprana dentro del sistema educativo podría resultar positiva. Pero para lograr ese objetivo y conseguir una auténtica inclusión es necesario apuntar a la erradicación de la deserción escolar, esa medida deberá ser acompañada de otras, como una mayor inversión en infraestructura escolar, en capacitación docente y en recursos pedagógicos para todas las escuelas del país.
Toda propuesta debe ser acompañada por una mirada más abarcativa sobre la actualidad social y escolar para que la inclusión además de servir como contención social sea a su vez garantía de aprendizaje”, opina la directora de Comunicación de Cimientos, Mercedes Porto. Cimientos es una organización no gubernamental, con sede en Buenos Aires, y se especializa en el desarrollo de programas educativos en todo el país. En Tucumán la entidad desarrolló una serie de proyectos en distintas escuelas estatales, en especial en las de menores recursos.
El 23,7 % de los niños tucumanos de tres años va al jardín de infantes
“Hay consenso tanto a nivel nacional como internacional respecto de que las políticas de educación para la primera infancia, impactan positivamente en los indicadores de calidad educativa con inclusión. Compartimos esa visión, por lo tanto, desde el Ministerio provincial adherimos y apoyamos la iniciativa del Ministerio nacional”. En estos términos, el ministro de Educación Juan Pablo Lichtmajer avaló la propuesta federal de tornar obligatorio el jardín de tres años.
Al respecto, detalló que en Tucumán se prevé para 2017 la apertura de 17 escuelas con 69 salas de jardín de tres, cuatro y cinco años. Todo esto en el marco del programa nacional 3.000 Jardines. Esto permitiría la inclusión de 2.500 niños tucumanos al sistema educativo.
En 2017 Tucumán alcanzará el 37,7% de cobertura de la población de tres años (10.400 chicos). Todavía faltan construir 840 salas de tres años. Hasta ahora, el 23,7 % de los chicos tucumanos de tres años están incorporados en distintos colegios y escuelas de nivel estatal y privado, incluyendo maternales.
“El Plan Estratégico del Ministerio contempla el fortalecimiento del cuidado y la atención integral de la primera infancia; y la cobertura de las salas de tres, cuatro y cinco años. Para ello, promueve múltiples acciones para avanzar en la ampliación de la oferta educativa desde cero a los cinco años de edad, a través de diferentes modalidades organizativas como los Centros de Desarrollo Infantil, escuela infantil, escuelas de nivel inicial y jardines de infantes anexos a escuelas primarias y jardines maternales”, señaló el ministro.
Lichtmajer sostiene que la cobertura del nivel inicial es hoy altamente satisfactoria: del 99,79%, en el jardín de cinco años y del 84,96 % en el de cuatro años. Además se encuentran en construcción 10 escuelas de nivel inicial, que implican un total de 30 salitas.
Los cargos docentes para el nivel medio también serán incrementados. Para este año se proyectaron 267 cargos docentes y para 2017, la creación de 508 cargos. Para 2017 la matrícula en las salas de cuatro años habrá alcanzado los 23. 691 niños, lo que implicará una cobertura del 92,47%.