Es el tiempo de Lucifer, en el cual todo se relaja y todo es posible. Lejos quedan los rubores y las miradas furtivas; ahora el desenfreno gana el centro de la escena.
“El carnaval del Diablo” es una historia de amor que transcurre en la fiesta pagana norteña, atravesada por los mitos populares y el intercambio de roles entre el Chiqui y el Pucllay, que deriva en un final trágico. El texto es una creación de Juan Oscar Ponferrada, dramaturgo catamarqueño que vivió entre 1907 y 1990, dedicado a recuperar las voces y tradiciones de su provincia.
La obra será estrenada esta noche en El Círculo de la Prensa (Mendoza 240) a las 22, con dirección de Jaime Mamaní y actuaciones de Zulema Ponce, Tina Herrera, Luciana González, Paula Olazo, María José Herrera, Yamil del Castillo, Carlos Segura, Sergio Ibáñez, Bruno Yuliano y el propio director, vocero del elenco para LA GACETA.
- ¿Qué te interesó de la obra?
- Cuando la leí por primera vez, hace unos cuatro años, me atrapó inmensamente su texto tan poético, tan propio y tan cercano a nuestra forma de hablar. Por sobre todo, me interesó porque trataba sobre nuestras raíces, sobre el folclore.
Además es atractiva por las historias que cuenta y que todo lo que ocurre es durante la fiesta del carnaval. Qué mayor incentivo podía tener para ponerla en escena.
- ¿Por qué está tan olvidado Ponferrada como autor?
- No solo Ponferrada está olvidado, sino también muchos autores y dramaturgos nacionales del siglo pasado. Muchos de los directores y actores deciden trabajar con las nuevas tendencias teatrales y no con un teatro de texto como el de Ponferrada u otros escritores. También muchos de los grupos eligen autores más contemporáneos por el tratamiento de su dramaturgia.
- ¿Cómo retratás las costumbres norteñas?
- Nuestras tradiciones y costumbres populares están plasmadas en la obra a través de sus textos, de la música, de la ambientación y del vestuario que cuidamos al detalle.
- ¿En qué género está narrada la puesta?
- La obra es una tragicomedia, de un prologo y cuatro actos. Hay una adaptación para que sea un poco más ágil. Además, la versión original de la obra está planteada en Catamarca. Realicé algunos arreglos, de modo que el espectador se ambiente no solo en esa provincia sino que en todo el NOA con su lenguaje y su música.
- ¿Los mitos tucumanos están perdiéndose?
- Muchas de nuestras costumbres se están perdiendo de a poco. Si le preguntás a un joven o a un adolescente quién es la Pachamama o quién es el Pucllay, por ejemplo, son muy pocos los que saben responderte. Pero si les preguntás sobre la fiesta de halloween, creo que te responden todos.
- ¿Es el teatro el espacio para recuperarlos?
- Si, es uno de los tantos espacios para recuperar nuestras costumbres. Por eso también decidí poner esta obra. Y también creo que en las escuelas y colegios, como era antes, debería ser materia obligatoria la historia de nuestras costumbres, como también hacer actividades que fomenten la creación de grupos musicales folclóricos y la enseñanza de nuestras danzas.