Cuando Tucumán Rugby se disponía a pegar el tranco definitivo, ese que lo terminaría despegando de sus perseguidores en la carrera hacia la Copa de Oro, fue que sintió el tarascón venenoso en el tobillo. La “Serpiente” a la que había derrotado en la final del año pasado, y que no lo vencía desde hace tres años, fue la que metió la cola y lo hizo trastabillar por primera vez en el torneo: fueron 19 victorias consecutivas las que interrumpió Universitario con su triunfo por 14-12 en el reducto de Salas y Valdez (21 si se cuentan las últimas dos fechas del Regional 2015).
En base a la experiencia propia y ajena acumulada a lo largo de la fase clasificatoria y del Súper 8, los de Ojo de Agua sabían que solo explotando su potencial al máximo podían esquivarle al destino de ser otra víctima más de la máquina “verdinegra”. Dejar que el local tomara el control de entrada hubiera sido perder por anticipado, habida cuenta los catedráticos primeros tiempos de Tucumán Rugby en este Súper 8, así que la “U” fue a por todo desde el principio. Y no tardó en conectar su primer golpe: kick de Martín Arregui al touch, line, maul y try de José Caro, como manda el manual.
Dado que el “Verdinegro” prácticamente se limitó a un papel testimonial en ese comienzo, todo se presentó relativamente manejable para la “U”. Al menos hasta el minuto 23, cuando una escaramuza terminó con Lisandro Ahualli expulsado. En un duelo de estas características, un jugador menos se nota mucho, y más contra Tucumán Rubgy, especialista en explotar espacios. Sin embargo, poco pudo hacer frente a la agresividad de la defensa universitaria. De no ser por el try de Pablo Forenza, el campeón se hubiera ido al descanso en cero por primera vez en el torneo.
En la segunda parte, el desgaste físico comenzó a notarse, y Tucumán Rugby, que se había puesto al frente antes de quedar nuevamente abajo por un penal de Arregui, inclinó la cancha con la velocidad de sus tres cuartos en el contragolpe. El problema fue que a su ambición le faltó, curiosamente, la precisión de la que suele hacer gala: salvo el maul que llevó a Forenza nuevamente hacia el ingoal, todos sus ataques se frustraron por errores de manejo o exceso de individualismo. Un knock-on tras otro fueron saboteando las ilusiones “verdinegras” de dar vuelta un partido que estaba a solo un penal o un drop de ser su triunfo número 20.
No hubo caso: las “Serpientes” se multiplicaron por todos lados y le cerraron el paso a su rival, que tuvo dos scrums a cinco yardas en los últimos minutos, pero no pudo sacarles provecho.
La caída del único invicto que quedaba le dio vida al torneo, que pasó de tener un líder a tener tres, empatados en 20 puntos: además de Tucumán Rugby y Uni, está Huirapuca, que goleó a Cardenales en Barrio Sarmiento y debe visitar al campeón dentro de dos fines de semana, en el cierre del Súper 8. Por lo pronto, los tres saben que la carrera está llegando a su fin y que a partir de ahora, el que se equivoca, pierde.